Investigadores de la Unidad de Radiación y Física de la Salud de la Universidad de Witwatersrand prueban tecnología nuclear en 20 rinocerontes dentro de un proyecto de investigación que busca reducir la caza furtiva en Sudáfrica.
La operación, en la que participan veterinarios y expertos nucleares, comienza tranquilizando al animal antes de realizarle un orificio en el cuerno, en el que se introduce el material nuclear.
La idea es que los detectores de radiación ya instalados en las fronteras nacionales detecten los cuernos y ayuden a las autoridades a arrestar a los cazadores furtivos y los traficantes.
De esta manera, los científicos esperan que el proceso pueda repetirse para salvar otras especies salvajes vulnerables a la caza furtiva, como elefantes y pangolines.
“Hacemos esto porque así es mucho más fácil interceptar estos cuernos cuando se trafica con ellos por fronteras internacionales, ya que existe una red mundial de monitores de radiación diseñados para prevenir el terrorismo nuclear”, dijo el profesor James Larkin, que dirige el proyecto.
Cabe destacar que de acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, la población mundial de rinocerontes rondaba los 500 mil ejemplares a principios del siglo XX. Ahora hay apenas 27 mil debido a la continua demanda de sus cuernos el mercado negro.