Después de varios meses de negociaciones, el Reino Unido desistió de exigir al gigante tecnológico Apple, de brindar una “backdoor” o puerta trasera que les permitiera al gobierno británico acceder a datos cifrados de sus usuarios globales. Así lo confirmó la directora de Inteligencia Nacional de EE.UU., Tulsi Gabbard, en un post en la red social “X”.
“Hubiera permitido el acceso a datos cifrados y protegidos de ciudadanos estadounidenses y atentado contra nuestras libertades civiles”, señaló Gabbard.
En diciembre, el Reino Unido demandó a la empresa el derecho a acceder a datos encriptados de sus usuarios alrededor del mundo, sin embargo, según “Apple” ni la misma empresa puede observar los datos de clientes que hayan activado la herramienta más fuerte de protección “Advanced Data Protection (ADP)”, que previene que personas distintas al usuario accedan a sus archivos.
Por lo tanto, para brindar algún acceso, se tendría que romper con los métodos de encriptación propios de la empresa.
“Nunca hemos construido una puerta trasera ni una llave maestra para ninguno de nuestros productos o servicios, y nunca lo haremos", afirmó la compañía. Contrario a ello, respondieron retirando la herramienta APD del mercado británico, e iniciando un proceso legar para impugnar la exigencia. Este proceso debía verse en un tribunal a principios del siguiente año, 2026.
La exigencia de Reino Unido generó una fuerte oposición en EE.UU. Cuando se anunció que el gobierno británico desistió de su pedido, grupos de defensores de la privacidad saludaron la decisión, sin embargo, resaltaron que aún hay muchos cambios que realizar, pues la ley británica aún permite este tipo de órdenes.