El cometa C/2023 P1 fue descubierto el 11 de agosto por el astrónomo aficionado Hideo Nishimura, y el Centro de Planetas Menores confirmó oficialmente este descubrimiento. Pero eso no es todo. Los aficionados a la astronomía tendrán el lujo de observarlo en su mayor acercamiento a la Tierra, previsto para este 12 de septiembre.
En el reporte del 15 de agosto, el Centro de Planetas Menores informó que el cometa fue nombrado C/2023 P1 (Nishimura), en honor a su descubridor. El cuerpo celeste fue visto en Gomyo, Kakegawa, Japón con una cámara digital.
¿Cómo observar el cometa C/2023 P1?
Para seguir la trayectoria del cometa C/2023 P1 (Nishimura), puedes ingresar al sitio web Small-Body Database Lookup de la NASA.
Desde ese portal también podrás revisar los parámetros de órbita de las últimas observaciones.
A partir del 7 de septiembre, cometa C/2023 P1 podrá ser visto a simple vista al ser más brillante. Pero su aproximación más cercana a la Tierra será el 12 de septiembre.
Otras fechas para observarlo también son el 15, 17 y 22 de septiembre. Para esos casos, podrás requerir de un telescopio.
Este es el cronograma de observación del cometa:
¿El cometa C/2023 P1 será visto en el Perú?
Según información de la Agencia Espacial del Perú - Conida, el cometa C/2023 P1 no será visto a simple vista debido a la poca altura que va a tener luego de la puesta del sol.
En el Perú, su visibilidad dependerá de instrumentos adicionales como binoculares. En ese sentido, se recomienda que sean de 8x50mm o de 10x50mm.
La agencia espacial peruana también sugiere que, debido a que el cometa brillará débilmente, se puede optar por telescopios con amplia apertura y trabajando a poco aumento.
¿Qué es un cometa?
Los cometas son cuerpos celestes compuestos principalmente por hielo y otros materiales orgánicos. Son restos de la formación del Sistema Solar y, por ello, pueden albergar información importante sobre la génesis de nuestro vecindario espacial.
Incluso, la NASA comenta que estos cuerpos trajeron agua y compuestos orgánicos al planeta, lo que finalmente pudo contribuir a la formación de la vida en la Tierra.
Uno de los cometas más conocidos es el Halley, observado en nuestro planeta por última vez en 1986. Se espera volverlo a ver en 2061.
Generalmente, los cometas poseen un núcleo pequeño, compuesto por trozos de hielo y gases congelados con pedazos de rocas y polvo incrustados. Los astrónomos sostienen que algunos de estos cuerpos provienen de la región externa del Sistema Solar conocida como la nube de Oort, ubicada a alrededor de 100,000 unidades astronómicas de distancia del Sol (el equivalente a 100,000 veces la distancia entre la Tierra y el Sol).
Estos objetos congelados, que en ocasiones son empujados por la gravedad en órbitas que los acercan al Astro Rey, se convierten en los llamados cometas de períodos cortos, pues les lleva menos de 200 años orbitar alrededor del Sol y, en muchos casos, su aspecto es predecible porque pasaron por allí antes.
Los cometas de período largo son menos predecibles: muchos de ellos provienen de la nube de Oort y pueden tardar hasta 30 millones de años en completar un viaje alrededor de nuestra estrella.
En ese sentido, los cometas se calientan a medida que se acercan al Sol y desarrollan una atmósfera o coma. El calor hace que el hielo del núcleo se convierta en gas para que la coma se agrande, llegando a tener un diámetro de hasta cientos de miles de kilómetros.
La presión de la luz solar y las partículas solares de alta velocidad (viento solar) soplan los materiales de la coma lejos del sol, formando una cola larga y, a veces, brillante. En realidad, los cometas tienen dos colas: una de polvo y un plasma (gas ionizado).
Cabe resaltar que estos cuerpos celestes son impredecibles, por lo que su observación a simple vista, sin instrumentos como binoculares o telescopios, no es segura.
Fuente: Andina