China se opone al uso obligatorio del reconocimiento facial debido a la preocupación social sobre los riesgos para la privacidad de los datos personales, así como para monitorear a disidentes, peticionarios y minorías étnicas.
La Administración del Ciberespacio de China (CAC) publicó la normativa que regula el uso de la tecnología de reconocimiento facial, estableciendo que no se debe obligar a las personas a verificar su identidad mediante dicha tecnología.
“Las personas que no acepten la verificación de identidad mediante información facial deben contar con otras opciones razonables y convenientes”, declaró la CAC en su sitio web.
Especificó que la normativa tenía como objetivo frenar prácticas cada vez más comunes, como el uso de la tecnología de reconocimiento facial para el registro en hoteles o para acceder a zonas residenciales cerradas.
Las regulaciones, aprobadas por el Ministerio de Seguridad Pública de China y con fecha de entrada en vigor en junio, enfatizan la necesidad de que las empresas que recopilan datos de cámaras de reconocimiento facial se aseguren de procesar únicamente los datos faciales de las personas tras obtener su consentimiento.
Las regulaciones no especificaron cómo se aplicaría esto en espacios públicos, pero indicaron que se deberían exhibir señales dondequiera que se implemente la tecnología de reconocimiento facial, una práctica ya generalizada en las ciudades chinas.
Cabe destacar que las empresas locales como Sensetime y Megvii invierten decenas de millones de dólares cada año en la investigación y el desarrollo de las últimas tecnologías de imágenes visuales basadas en IA, que impulsan un software de reconocimiento facial cada vez más sofisticado.