La Universidad César Vallejo inició una profunda reestructuración luego de no lograr el ascenso a la Liga 1 y quedar relegada a la Segunda División. La directiva decidió cortar por lo sano y anunció la salida de 17 jugadores del plantel profesional, marcando una de las mayores purgas en la historia reciente del club trujillano. El golpe deportivo llegó tras caer ante Deportivo Moquegua, resultado que selló una temporada marcada por la irregularidad y la frustración.
Entre los futbolistas que dejaron la institución figuran nombres como Joao Villamarín, Adrián Ascues, Máximo Rabines, Alexander Succar, Danilo Carando y Pedro Requena. En un breve comunicado, el club agradeció los servicios prestados y anunció el inicio de una nueva etapa, dejando claro que el proyecto anterior llegó a su fin. La decisión apunta a una renovación total del plantel de cara al 2026.
El golpe deportivo se produce en paralelo a un escenario financiero complejo. Registros oficiales revelan que el club mantiene deudas coactivas superiores a los 100 mil soles con la SUNAT, lo que ha encendido las alertas en el entorno institucional. La situación resulta especialmente sensible considerando que la UCV pertenece a César Acuña, actual líder de Alianza para el Progreso y aspirante presidencial.
Con un plantel desmantelado, una presión financiera latente y la exigencia de volver a primera división, la Universidad César Vallejo encara uno de los momentos más decisivos de su historia reciente. La promesa de un nuevo proyecto deportivo contrasta con un presente cargado de incertidumbre, donde el margen de error es mínimo y el futuro del club está en juego.