La semana termina con hechos lamentables por el accionar de la delincuencia. En la capital de la república se dieron enfrentamientos entre la policía y facinerosos para acabar con los sujetos que amenazan el orden interno y a la ciudadanía.
En Lima fuimos testigos de cómo se liberó a una mujer secuestrada. Esto tras una intensa persecución por las calles de la capital. El hecho delictivo acabó con el abrazo eterno por parte de la recién liberada a los valientes policías que intervinieron en el rescate.
Cuando los policías que participaron en la persecución fueron consultados, con firmeza indicaron que si nacieran de nuevo volverían a ejercer la labor policial. Otro de ellos indicó que proviene de una familia conformada por efectivos del orden y que de ahí viene la inspiración que lo motiva para seguir combatiendo a la delincuencia día a día.
En otro golpe a la delincuencia se tuvo la intervención a una banda criminal que pretendía asaltar a un empresario en Huaral acabó con la vida de un delincuente y la detención de otros dos. De igual manera un policía terminó herido de gravedad al revivir un balzo en el tórax. Aún lucha por su vida con el apoyo de especialistas en el hospital policial Luis N. Sáenz.
La lucha contra la delincuencia de todo tipo continúa. La población también tiene un papel importante al colaborar para encontrar a quienes están detrás del crimen organizado propiciando secuestros, asaltos a mano armada, sicariato, extorsiones, entre otros, deben ser erradicados de nuestras calles. Las autoridades tienen que seguir luchando contra la inseguridad ciudadana con la finalidad de garantizar el bienestar de la sociedad. Solo así se podrá avanzar para que todos podamos salir de la crisis sin pensar en que nos pueden atracar a la vuelta de la esquina.