Escribe: Noelia Zelada Yauri
Sobrevivientes de un choque de buses piden justicia. Ellos denunciaron que la empresa en la que viajaban, Santillana, no asumió responsabilidad por las personas que quedaron gravemente heridas; que la Fiscalía archivó el caso y que la empresa sigue trabajando con normalidad.
Un choque de buses de las empresas Del Carpio y Santillana, ocurrió en el kilómetro 8 de la vía de penetración a Arequipa, el 24 de febrero del 2020. El accidente dejó 19 fallecidos y más de 60 heridos trasladados a los nosocomios arequipeños. Días después inició la pandemia y los hospitales enviaron a los sobrevivientes a sus casas.
SECUELAS. “Mi esposo necesita ayuda, el accidente afectó su vista y no puede trabajar. Cuando empezó la pandemia sufrimos porque no teníamos plata para hacerlo curar y pagar sus medicinas”, cuenta María, esposa de uno de los heridos.
“Cuando me llevaron al hospital me dijeron que mi columna estaba dañada, me dijeron te vamos a operar para que puedas sentarte porque ya no vas a volver a caminar. He estado tres años postrada en una cama, y desde hace un año, ya me puedo movilizar en este andador”, comenta Pía Gutierrez Huarancca, quien no tiene recursos económicos pero necesita una resonancia magnética que cuesta S/2000 y que es necesaria para su terapia.
“Toda mi cabeza se ha quebrado y mis tendones no funcionan bien por eso no puedo mover la mano. Hasta ahora me duele el cuello y no puedo caminar bien”, cuenta Gregorio Meneses Simbrón, otro de los afectados.
Agregan que el resto de heridos quedaron en peores condiciones y no se pueden movilizar. Añaden que tras la pandemia, se enteraron que la Fiscalía archivó la denuncia y como no tenían dinero para conseguir un abogado y continuar el proceso, lo dejaron así. Lamentablemente se enteraron que la municipalidad le otorgó la licencia a esta empresa de transporte interprovincial y temen que el caso quede impune.