Existe una frase muy conocida, “la justicia que llega tarde, no es justicia”, pero, ¿es sencillo y fácil resolver casos que datan desde 1990?
Era 10 de marzo de 1994, cuando una niña jugaba en una de las chacras de Huaranguillo, situado en el distrito de Sachaca, diversión que se vio perturbada al sentir un olor insoportable y observar un cuerpo a medio enterrar en la zona. Rápidamente la pequeña corrió a su casa para avisar a sus padres que llamaron a la Policía por el hallazgo.
El cuerpo pertenecía a una mujer que estaba desparecida 12 días y el principal sospechoso era su esposo. Según las investigaciones, la señora sufría de constantes amenazas y agresiones físicas por su cónyuge Víctor Bernal. Ella finalmente decidió separarse, sin embargo el sujeto con engaños le insistió nuevamente para verse y entregarle un televisor. La víctima aceptó, sin pensar que acabarían con su vida.
“El imputado se aprovechó. La mujer creyó en él y salió de su casa sin avisar a nadie. Días después sus familiares reportan su desaparición”, cuenta la fiscal superior de la 1.ª Fiscalía Superior Penal de Liquidación de Arequipa, María Lazo Rodríguez.
Tras el hallazgo el sujeto quedó detenido, pero luego fue liberado tras no dictarse una sentencia en su contra. El crimen quedó en investigación y entre decenas de papeles de la Fiscalía.
JUSTICIA TARDÍA. La víctima no obtenía justicia. Hasta que por fin este 2022, la Primera Fiscalía Superior Penal de Liquidación, a cargo de María Lazo, después de una ardua labor, consiguió 15 años de prisión para el acusado quien estaba prófugo de la justicia y este año fue capturado.
“El trabajo no fue fácil, no es tan sencillo como parece. Tuvimos que buscar a los hijos, testigos, policías después de 28 años y esto tomó más de nueve meses. A esto se suma que las declaraciones de cada persona involucrada en el caso, fueron redactadas con máquina de escribir y en una hoja, que después de tantos años de antigüedad, dificultó la transcripción”, refiere Lazo Rodríguez.
LIQUIDACIONES. Desde el 2008 la sala de delitos de liquidación inició el trabajo de concluir procesos pendientes que datan desde 1990, por diferentes delitos como parricidio, agresión sexual, física, entre otros más. El objetivo es que ningún delito quede impune. Hasta la fecha quedan menos de 100 casos por liquidar.
Como los casos son de hace dos décadas, las penas también se ajustan al código penal antiguo, en el cual no existía el delito de feminicidio. Por ello, Víctor Bernal fue condenado a solo 15 años —la pena mínima— por el delito de parricidio y porque no tenía antecedentes. Sin embargo, el trabajo de la fiscal no queda ahí, pues ella pidió 20 años de cárcel por la crueldad del caso.
“Nuestro objetivo es obtener justicia, pero también buscamos que sean penas justas. En este caso es complicado porque en el código penal no existía el delito de feminicidio y 15 años es lo mínimo. Nosotros por las circunstancias agravantes y por el contexto de violencia que vivió la víctima, presentamos un recurso de nulidad para que se condene al sujeto a 20 años”, refiere Lazo.
En el avance de la búsqueda de justicia —de estos casos que quedan en el olvido— muchos años pasaron de la pena máxima —según su delito— y ya no se les juzga. Mientras que otros fallecieron. Pese al panorama desalentador aún hay un grupo de fiscales que busca justicia para las víctimas y que nada quede impune.