La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), se encuentra en máxima alerta tras la incursión de drones rusos en el espacio aéreo de Polonia, un hecho que el secretario general Mark Rutte calificó como “no aislado” y que podría marcar una nueva fase en la tensión con Moscú. La situación llevó a que el Consejo del Atlántico Norte sesione bajo el artículo 4 del Tratado de Washington, el cual obliga a los aliados a consultarse cuando la seguridad de uno de ellos está en riesgo.
Rutte envió un mensaje directo al presidente ruso, Vladimir Putin, exigiendo detener la guerra en Ucrania y la escalada bélica contra civiles e infraestructuras. “La noche pasada mostró que somos capaces de defender cada centímetro del territorio de la OTAN, incluido su espacio aéreo”, afirmó con contundencia.
En la operación de respuesta participaron fuerzas aéreas y sistemas defensivos de varios aliados: Polonia desplegó sus F-16, los Países Bajos F-35, Italia sus aviones AWACS, Alemania sistemas Patriot, mientras que la OTAN reforzó la defensa con un avión cisterna multifunción. La neutralización coordinada de los drones rusos fue presentada como una demostración de fuerza y cohesión del bloque militar.
El mensaje es claro: la Alianza Atlántica no solo está observando, sino que está preparada para actuar en conjunto ante cualquier intento de vulnerar sus fronteras.