La inteligencia artificial elaboró un listado contundente: un grupo de películas que, lejos de convertirse en clásicos familiares, terminaron siendo ejemplos de malas decisiones creativas, fallas técnicas y desconexión total con el espíritu festivo que prometían representar. Algunas se convirtieron en fracasos comerciales, otras alcanzaron un estatus casi de culto por ser “tan malas que resultan curiosas”, y varias quedaron en la historia como advertencias de lo que una producción navideña no debe hacer.
Entre los títulos destacados figura Salvando la Navidad (2014), considerada por años una de las peores películas de la historia. Su estructura basada en monólogos y su tono moralizante la alejaron por completo del humor y la emoción que buscaba evocar. De manera similar, Santa Claus conquista a los marcianos (1964) se ganó la fama de rareza cinematográfica por sus decorados pobres, actuaciones absurdas y diálogos sin sentido.
El análisis también resalta casos como El cascanueces en 3D (2010), cuya reinterpretación oscura del clásico ballet y decisiones estéticas cuestionadas la hundieron entre la crítica; y Sobreviviendo a la Navidad (2004), una comedia con elenco reconocido, pero incapaz de generar empatía por un protagonista antipático y un humor incómodo.
La lista incluye además títulos que decepcionaron por traicionar sus propias sagas, como Mi pobre angelito 4, una entrega televisiva rechazada por su nuevo elenco, guion débil y efectos limitados. El repaso concluye con producciones como Jack Frost (1997), un fallido intento de terror navideño, y La peor Navidad de Grumpy Cat (2014), que demostró que un meme viral no garantiza una película sostenible.