El cáncer de próstata continúa siendo uno de los más frecuentes entre los hombres peruanos y un desafío para la salud pública, según alertó el Ministerio de Salud (Minsa). Esta enfermedad, que muchas veces se desarrolla sin síntomas en sus etapas iniciales, suele detectarse tarde debido a que los varones no acuden a controles preventivos. EsSalud también ha advertido que cada año se registran miles de nuevos casos y que la detección temprana es fundamental para mejorar las posibilidades de tratamiento y supervivencia.
La enfermedad se origina cuando células de la glándula prostática comienzan a crecer de manera anormal. Aunque puede avanzar silenciosamente, existen señales de alerta que no deben ignorarse. Entre los síntomas más comunes destacan la dificultad para orinar, el aumento en la frecuencia urinaria —especialmente durante la noche—, dolor o ardor al orinar, presencia de sangre en la orina o semen, y dolor persistente en la espalda baja, pelvis o caderas. Este último síntoma suele indicar un avance de la enfermedad hacia estructuras óseas, por lo que requiere atención inmediata. No obstante, especialistas señalan que estos signos también pueden corresponder a otras afecciones, por lo que un diagnóstico médico es indispensable.
El riesgo de desarrollar cáncer de próstata incrementa con la edad, especialmente después de los 50 años. La predisposición genética también juega un papel crucial: tener familiares directos con antecedentes de esta enfermedad eleva significativamente la probabilidad de padecerla. Otros factores de riesgo son la obesidad, el sedentarismo y dietas altas en grasas. Las autoridades sanitarias advierten además que el país enfrenta un problema de diagnóstico tardío debido a que muchos hombres solo buscan ayuda cuando los síntomas se vuelven molestos o avanzados.
La prevención sigue siendo la herramienta más eficaz. El Minsa y EsSalud recomiendan realizar chequeos periódicos —incluyendo el examen de tacto rectal y la prueba de PSA— a partir de los 50 años, o antes si existe antecedente familiar. Estas pruebas permiten detectar anomalías en etapas tempranas, antes de que la enfermedad avance y reduzca las opciones de tratamiento.
Adoptar un estilo de vida saludable también contribuye a disminuir los riesgos. Una alimentación balanceada, rica en frutas, verduras y antioxidantes, junto con actividad física regular, ayuda a mantener un peso adecuado y fortalecer el sistema inmunológico. Evitar el tabaco, moderar el consumo de alcohol y prestar atención a cambios en los hábitos urinarios completan las recomendaciones para proteger la salud prostática de manera efectiva.