Lucila Campos ocupa un lugar indiscutible en la historia musical del Perú. dueña de una voz profunda, cálida y llena de autenticidad, la artista se convirtió en una de las máximas representantes de la música criolla y afroperuana, llevando al escenario el sentir de un pueblo y la fuerza de una herencia cultural que trascendió generaciones. Este 12 de diciembre se cumplen nueve años de su partida, una fecha que invita a recordar su presencia imponente y su interpretación apasionada.
A lo largo de su exitosa trayectoria, Campos destacó por su capacidad única para transmitir emoción en cada verso, ya fuera interpretando valses, festejos o landós. Su canto no solo entretenía: evocaba memoria, resistencia y orgullo. Cada una de sus presentaciones era un puente directo hacia las raíces afroperuanas y la tradición criolla que definió gran parte de la identidad cultural limeña y nacional.
Conocida en todo el país como “La Morena de Oro del Perú”, Lucila Campos trascendió épocas y estilos, manteniéndose vigente en el cancionero popular gracias a su autenticidad y a la fuerza interpretativa que la caracterizaba. Su legado artístico influyó en nuevos intérpretes que encontraron en ella una referencia y una guía, contribuyendo a revalorizar la música afroperuana en escenarios nacionales e internacionales.
Para la artista, la cultura popular era también patrimonio, y lo dejó claro en cada presentación. Su voz, más que un instrumento, se convirtió en una forma de historia viva, capaz de llevar a miles de peruanos hacia sus propias raíces. Así, reafirmó que el arte nacido del alma es también una forma de preservar la memoria colectiva.
Hoy, a casi una década de su partida, el canto de Lucila Campos sigue resonando como símbolo de identidad, orgullo y resistencia cultural. Su contribución a la música peruana permanece intacta, y su huella imborrable demuestra que las grandes voces, cuando interpretan desde el corazón, jamás conocen el olvido.