El tramo de la carretera Interoceánica Sur entre Moquegua y Puno se convirtió en una vía de alto riesgo, con baches profundos, señalización deficiente y un evidente deterioro que compromete la seguridad de miles de usuarios. Pese a estar concesionada desde 2007 a las empresas Survial y Covisur, el mantenimiento rutinario prometido hasta 2032 ha sido, según denuncias, incumplido en varios sectores clave.
Transportistas que circulan a diario por esta ruta aseguran que deben hacer maniobras peligrosas para esquivar huecos en el pavimento, exponiéndose a accidentes graves. El Observatorio Nacional de Seguridad Vial ha registrado 19 accidentes y 21 fallecidos en este tramo desde 2021, lo que convierte a la vía en una de las más peligrosas del sur del país.
A pesar de la presión de autoridades locales y regionales, las concesionarias no han ejecutado los trabajos anunciados ni respondido a las demandas ciudadanas. Incluso algunos tramos cuentan con carteles de obras que jamás se iniciaron, aumentando la frustración de los usuarios y el riesgo de más tragedias.
La falta de intervención urgente en esta vía estratégica no solo vulnera los derechos de los ciudadanos, sino que también expone una alarmante negligencia en la supervisión estatal de contratos de concesión. La carretera, que debería facilitar el desarrollo y la conexión regional, hoy representa una amenaza para la vida.