El territorio entre Moquegua y Tacna será escenario de un sismo de 8.8 grados de magnitud, como consecuencia de la liberación de la energía acumulada durante décadas, según proyecciones del Instituto Geofísico del Perú (IGP) basadas en datos recolectados por GPS colocados a lo largo de la zona costera, entre Lima y Antofagasta (Chile).
De acuerdo a la explicación del presidente del Instituto Geofísico del Perú, Hernando Tavera, se identificaron -además de las regiones antes mencionadas- que el terremoto afectaría al centro de Perú o Lima; también la zona entre Nazca y Chala (Arequipa).
Asimismo, esto podría suceder en todo el norte de Chile. Estas zonas son las que mayor frecuencia de sismos registran a lo largo de la historia, debido a la colisión de las placas de Nazca y la Sudamericana.
“Estas placas están acopladas a lo largo de más de 100 y 400 kilómetros. Esa condición origina una fricción constante, provocando un desplazamiento de placas y generándose sismos”, puntualizó Hernando Tavera, en marco al workshop y la campaña Juntos por la Prevención en Sismos, organizado por Rimac.
El experto detalló que los pequeños sismos no ayudan a liberar toda la energía contenida en las placas, debido a que cada escala de magnitud es “30 veces más energía”. Por ejemplo, dijo, el sismo de Pisco (15 de agosto de 2007) liberó solo el 25 % de la energía acumulada en esa zona.
“Un sismo de 8 (grados) no es el doble de uno de 4. Es una escala logarítmica. Un sismo de magnitud 5 solo produce una ruptura de milímetros; uno de magnitud 6, de centímetros; el sismo de Pisco llegó a 270 kilómetros de ruptura”, detalló.
Añadió que, según los estudios y tomando como base experiencias previas, la liberación de la energía podría demorar 150 segundos. Sin embargo, cada ruptura viene seguida de emisiones de ondas, que “se propagan por todo el continente”. Así, si el sismo de magnitud 8.8 ocurre frente a Lima y la duración de la ruptura es de 150 segundos, el suelo se podría sacudir el doble de tiempo, como mínimo 5 minutos.
Frente a este contexto, Tavera refirió que el IGP trabaja en mejorar el sistema de alertas tempranas, al indicar que este emitirá avisos cuando ocurra un sismo mayor a 6 grados. La alerta –explicó– llega segundos antes de que las ondas sísmicas se sientan en una ciudad. “Primero ocurre el sismo y lo que vamos a hacer es alertar el tiempo que demoran las ondas en llegar a diferentes áreas”, concluyó.