En lo más alto de la mina La Rinconada, bajo el frío extremo de los Andes puneños, la tierra habló. Mineros alertaron con consternación el hallazgo de dos cuerpos entre los desmontes del botadero de Huayanapata, en el centro poblado de Cerro Lunar de Oro, distrito de Ananea. El silencio de la madrugada fue interrumpido por una imagen devastadora: piernas humanas con medias de lana y dos botas mineras abandonadas junto a una manta azul.
Las primeras evidencias sugieren que los cuerpos habrían sido trasladados desde una de las bocaminas utilizando algún equipo pesado, posiblemente un teletran o un dumper. Luego, habrían sido arrojados al botadero, ocultos bajo capas de desmonte. Todo indica que el abandono ocurrió durante la madrugada del jueves 17 de julio. La escena, además de sobrecoger, despierta serias preguntas sobre las condiciones de seguridad, el control y el abandono de la vida humana en las zonas de extracción informal.
La Policía de la Comisaría de Rinconada y el fiscal de turno de la Fiscalía Provincial Mixta de Ananea se encuentran ya en la zona realizando las diligencias respectivas. El caso remueve viejas heridas en una comunidad minera acostumbrada al riesgo, pero nunca al olvido. En La Rinconada, donde la riqueza convive con la precariedad, la vida de los trabajadores sigue expuesta a la indiferencia y al abandono. Hoy, dos historias quedaron enterradas entre desmontes, esperando justicia.