El Ministerio de Salud (Minsa) reveló una estadística alarmante y es que más del 60 % de la población mayor de 15 años a nivel nacional padece de sobrepeso y obesidad. Esta situación representa un desafío considerable para el sistema de salud.
El médico internista de Sanitas, Eduardo Carcausto, precisó que la obesidad y el sobrepeso son el principal factor de riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión, las enfermedades cardiacas, los accidentes cerebrovasculares, distintos tipos de cáncer, y como resultado de estas complicaciones, secuelas que pueden llevar incluso a la muerte prematura.
Asimismo, el doctor Carcausto destacó que, aunque algunas personas pueden tener sobrepeso debido a factores genéticos, “las principales causas son el consumo excesivo de azúcares refinados, alimentos muy procesados y el sedentarismo”, agregó.
Por otro lado, el experto indica que, estas condiciones también repercuten en el ámbito psicológico de los individuos. “La obesidad a menudo altera la percepción personal y provocar una baja autoestima, lo que puede desembocar en ansiedad, depresión o algún trastorno alimenticio. Además, de acuerdo al grado de soporte emocional del entorno familiar y social, puede tener un impacto en las relaciones interpersonales debido a la estigmatización social”.
En este contexto, el especialista ofrece recomendaciones para prevenir y controlar oportunamente esta condición:
- Crear hábitos de alimentación saludable. Establecer rutinas alimenticias equilibradas es esencial, comenzando por la regularidad del horario de alimentación. Aprender a racionalizar las comidas, escogiendo aquellas ricas en nutrientes y bajas en calorías, así como la ingesta diaria de frutas enteras, verduras, proteínas magras y granos enteros. Además, es importante reducir el consumo de alimentos procesados y evitar las bebidas azucaradas debido a su alto poder perjudicial para la salud.
- Monitorear el peso. Controlar el peso de forma periódica permite detectar cambios y ajustar los hábitos antes de que se conviertan en problemas graves. Es conveniente utilizar una balanza para realizar mediciones regulares y mantener un registro que facilite la observación de tendencias a lo largo del tiempo. Complementar con la evaluación de un experto en nutrición ayuda a tomar decisiones informadas sobre la dieta y el ejercicio. De igual manera, establecer metas realistas y progresivas de pérdida de peso puede mantener la motivación constante.
- Asistir a los controles médicos. Los chequeos médicos regulares son cruciales para prevenir la obesidad y sus complicaciones. Un profesional de la salud puede evaluar el estado físico general, detectar problemas antes de que se agraven y ofrecer recomendaciones personalizadas, adaptadas a la edad, género y condiciones preexistentes de cada persona. Este enfoque proactivo permite una intervención temprana y fomenta una gestión eficaz de la salud.
- Fomentar la actividad física. El ejercicio regular es fundamental para mantener un peso saludable. Es importante elegir actividades que resulten agradables, como caminar, nadar o practicar deportes. A pesar del ritmo agobiante de la vida moderna, es necesario hacer espacio cinco veces por semana durante 30 minutos para dedicarlos a hacer ejercicio, comenzando progresivamente. El ejercicio no solo reduce el sobrepeso, sino que también ayuda a manejar el estrés y fortalecer el bienestar emocional.
- Mantener un ambiente de apoyo. Un entorno de apoyo puede marcar la diferencia. Se recomienda rodearse de personas que fomenten hábitos saludables y ofrezcan aliento. Un grupo de apoyo, ya sea familiar o de amigos, ayuda a conservar la motivación y a crear un ambiente positivo para alcanzar y mantener metas de salud. Además, esto fortalece los lazos familiares, lo cual también contribuye al bienestar general.
Finalmente, el médico resalta la importancia de que la población acceda a una atención integral y un acompañamiento continuo y oportuno.