El suboficial PNP José Luis Soncco Quispe murió quemado vivo y soportó una cruel emboscada por manifestantes en Juliaca, región Puno. Así lo determinaron las investigaciones tras el hallazgo de su cadáver incinerado la mañana del 10 de enero.
Erusbel Jhonatan Apaza Uturunco (25) y Franklin Díaz Ccallata (28) fueron capturados por agentes de la Policía la tarde de este jueves. De acuerdo a las investigaciones, participaron en la muerte del agente policial. Tras su detención se conocieron detalles muy crueles de lo que sucedió.
EMBOSCADA. La noche del 9 de enero del año en curso, tras las protestas en el intento de tomar el aeropuertto de Juliaca y luego de la muerte de 17 manifestanes, la patrulla conducida por Soncco Quispe y su compañero Ronald Villasante recibieron el llamado de auxilio de la turba que protestaba y engañaron a los agentes al decirles que habían desmanes en la urb. Tambopata. Tras acudir al lugar, fueron rodeados por ese grupo que los golpearon y redujeron hasta dejarlos agonizando.
En ese momento, Villasante y Soncco pudieron usar sus armas de reglamento ante el ataque y la diferencia numérica con sus agresores, pero no lo hicieron. Los videos en redes sociales y portales como La Lupa muestran que los efectivos fueron obligados a desvestirse y su ropa quemada.
Tras esta humillación, los agentes fueron golpeados. Villasante logró escapar y confirmó que fueron emboscados por 350 personas. Soncco no tuvo la misma suerte y fue masacrado hasta caer al suelo.
Con el agente en el piso, los manifestantes lo bañaron en gasolina y le prendieron fuego. No les importó que se tratara de una vida humana que se perdía en medio de las llamas y que, a pesar de estar facultado por la ley, no quiso usar sus armas contra los manifestantes.
Sin que nadie contenga la ira de los ciudadanos, el cadáver del suboficial Soncco amaneció quemado junto a su patrullero. Sus armas fueron sustraídas y se presume que se trata de las mismas que fueron halladas en manos de los detenidos: Apaza y Díaz.