En el Perú, siete de cada diez casos de cáncer de mama se detectan en estadios avanzados (II y III), lo que disminuye drásticamente las probabilidades de curación, pese a que este tipo de carcinoma puede tener un 90 % de éxito si se detecta a tiempo. Ante esta preocupante realidad, la asociación Por un Perú sin Cáncer, junto con organizaciones aliadas como Lazo Rosado, Esperanza del Centro, Colectivo de Cáncer Infantil Perú, Palpa Mama y Vida sin Cáncer, lanzó la campaña “Cicatrices que salvan”, con el objetivo de sensibilizar a la población y exigir un mejor acceso a diagnósticos y tratamientos oportunos.
El lanzamiento de la campaña se da en medio de las modificaciones que el Instituto Nacional de Salud (INS) viene implementando en la normativa de Evaluaciones de Tecnologías Sanitarias (ETS), parte del reglamento de la Ley Nacional del Cáncer, que define los criterios para la adquisición de medicamentos innovadores. La asociación destacó la aprobación del pembrolizumab para el tratamiento del cáncer de mama triple negativo en estadio temprano, pero advirtió que otras pacientes con subtipos como RH+ / HER2– aún carecen de terapias innovadoras.
“Necesitamos un nuevo marco normativo de ETS que incorpore la voz de los pacientes y expertos clínicos desde el diseño hasta la toma de decisiones”, señaló Gianina Orellana, presidenta de Por un Perú sin Cáncer. “La salud no puede medirse solo con criterios económicos, sino con humanidad y equidad”, enfatizó.
La presentación de “Cicatrices que salvan” reúne a autoridades, asociaciones, artistas, deportistas y líderes digitales, quienes se han unido bajo un mismo mensaje: la lucha contra el cáncer de mama es colectiva y la detección temprana puede salvar vidas. La campaña busca recordar que cada cicatriz representa una historia de valentía, esperanza y vida.