Integrantes del Proyecto de Investigación Arqueológica Valle de Virú (PAVI) descubrieron restos humanos de un adolescente, dos niños y un adulto, con una antigüedad estimada en más de 3800 años, en la quebrada de San Juan, en el templo Queneto 2, provincia de Virú, región La Libertad. Los cuerpos estaban enterrados orientados hacia el mar, y uno de los menores tenía ofrendas funerarias, como colgantes de piedras y caracoles.
El director del PAVI, Feren Castillo, destacó que hasta el momento se excavó solo un 1% de un área de 51 metros cuadrados, lo que sugiere la posible existencia de muchos más entierros en el sitio, estos descubrimientos son un paso más en la búsqueda de los orígenes nativos peruanos.
El grupo que habitaba esta región pertenece al período Precerámico o Formativo Temprano (1800 a 1100 años a.C.). Castillo explicó que los habitantes de la zona ya practicaban la agricultura, como lo demuestran los canales construidos, y mantenían una estrecha relación con el mar. Además, los rituales funerarios parecen estar vinculados a la astronomía debido a la proximidad del templo Queneto 1.
"Hay una gran carga ritual en esta área. Investigar más sobre este sitio nos permitirá comprender mejor las prácticas y creencias de esta sociedad, y su relación con el agua y el sol", afirmó el arqueólogo.
El hallazgo se realizó en el templo Queneto 2, que se está excavando por primera vez. En el sitio se identificaron dos ambientes con muros de esquinas curvas, típicos del período formativo, conectados con dos patios a desnivel. Sin embargo, Castillo advirtió sobre la amenaza que representan las zonas agrícolas adyacentes, que podrían poner en peligro los restos arqueológicos.