Este año la decoración de Navidad de la Plaza San Pedro revive la Navidad de 1223, cuando San Francisco de Asís regresó de un viaje a la Tierra Santa y pidió que se recreara el nacimiento de Jesús en Greccio, un pueblo italiano ubicado en la provincia de Rieti.
Este Belén fue el primer pesebre de la historia y justo se cumplen 800 años de esta primera representación, que más allá de celebrar una tradición italiana que se ha difundido en todo el mundo católico, desea celebrar el mensaje del niño que nació en Belén.
El fundador de la orden de los franciscanos pidió permiso al entonces papa Honorio II para que le dejara celebrar el nacimiento de Jesús de manera que “exaltara la devoción de los fieles”, según el relato del teólogo san Buenaventura, quien escribió sobre la vida de Francisco de Asís.
Con el aval del pontífice, cuenta, “hizo preparar un pesebre con el heno correspondiente y mandó traer al lugar un buey y un asno” a una cueva que se encontraba cerca de la ermita (capilla) de Greccio.
Allí, en medio del pesebre montado con ayuda de los pobladores, Francisco de Asís celebró la fiesta del nacimiento de Jesús con una tradición que año a año se recrea en el pueblo.
Lo recordó el papa Francisco en la audiencia pública del 20 de diciembre: la intención de San Francisco fue representar la escena del nacimiento de Jesús para recordar “la sencillez evangélica, la pobreza y la humildad de la Sagrada Familia en la gruta de Belén”.