La incursión de una mujer en las carreras de ingeniería en el Perú, se veía como algo extraño e incluso impensable en la década de los 70. Se creía que era una profesión no apta para una dama, por lo que no tenían presencia en este escenario.
Una joven entusiasta y dispuesta a cumplir con sus sueños integró el primer grupo de estudiantes metalurgistas, rompiendo así con prejuicios y abriendo el camino para cientos de mujeres en el campo de la ingeniería.
Rosa Herrera estuvo en Arequipa para participar como ponente en la primera Cumbre de Mujeres Metalurgistas, realizada en el Colegio de Ingenieros este último viernes, con la participación de más de 150 profesionales de la UNSA.
Su camino no fue fácil. Desde lidiar con sus 62 compañeros en los primeros años de la carrera, hasta buscar un puesto en las empresas mineras para desarrollarse como profesional.
El Vicerrector de Investigación de la Casa Agustina, Dr. Henry Polanco Cornejo y el Decano de la Facultad de Ingenierías de Procesos, Dr. Ezequiel Collado Cárdenas, compartieron con ella las aulas universitarias y estuvieron presentes en la cumbre este último viernes.
Durante su participación el Dr. Polanco Cornejo, contó que en una visita a la mina de Colquijirca en Cerro de Pasco, no estaba dispuestos a dejar a su compañera de lado por lo que no se les ocurrió mejor idea que disfrazarla. “Tuvimos que vestirla de varón para que pudiera entrar a la minera, le recogimos en cabello, le colocamos un chullo y una chalina”
Rosa recordó que en aquella salida de campo ni siquiera la dejaban hablar por temor a que la descubrieran.
Al egresar de la carrera estuvo entre los primeros puestos de su promoción y buscó empresas para desarrollar sus tesis y graduarse. Su primera experiencia como practicante la tuvo en la refinería de Ilo donde quisieron enviarla al laboratorio Químico, ‘donde iba las mujeres’.
Ella se negó y pidió hablar con el gerente. Le dijo que quería trabajar en la planta de la refinería para obtener datos reales y que su trabajo sea útil para la industria. “Él me miró y me dijo que las mujer no entrar a la planta”, a sus 21 años negoció con el gerente y al cumplir con un proyecto investigación logró su objetivo.
Al graduarse, siguió luchando por oportunidades laborales. Su profesionalismo le permitió desarrollarse con excelencia como ingeniera y destacar en el campo. Ella era consciente que sobre sus hombros descansaba la responsabilidad de abrir el camino para que otras mujeres pudieran ingresar al campo de las ingenierías.
Durante su disertación la Ing. Rosa Herrera, quiso dejar un mensaje a sus compañeras, para que puedan desarrollarse en todos los aspectos de su vida y darse tiempo para crecer y ser mejores hijas, madres, esposas y profesionales. Por último recordarles que para ser buen profesional se tiene que ser buenas personas.
El Vicerrector de Investigación de la UNSA, Dr. Henry Polanco Cornejo, reconoció la importancia del trabajo de su colega y exhortó además a las ingenieras para que impulsen la investigación en su campo y así generar el desarrollo que el Perú tanto necesita.