El padre jesuita Carlos S. Pozzo pisó suelo arequipeño en el momento indicado: cuando miles de niños lo necesitaban tras padecer penurias en el terremoto del 13 de enero de 1960.
El sacerdote nació en Italia el año 1918 y fue adoptado en Arequipa como uno de sus hijos más ilustres, porque se convirtió en el autor de una grandiosa obra social.
Le bastó un sillar y niños con ganas de estudiar para dar sus primeras clases y luego construir el primer colegio San Martín de Porres en el distrito de Alto Selva Alegre, con ello fundó la Federación de Círculos Sociales Católicos de Arequipa (Circa), así lo recuerda Ana Ramos, voluntaria en Circa.
Diario Viral acudió al local donde vivió el padre Pozzo y nos encontramos con su habitación ubicada en la avenida Kennedy 1750 en el distrito de Paucarpata. Allí aún se conserva la cama angosta donde dormía.
También sus cosas personales como cepillo, pasta dental, maletines, libros y otros. Para la familia de Circa estas pertenencias aún son guardadas en el lugar donde siempre descansaba de su trabajo.
Una de las personas que recuerda su labor social es la exdirectora del Circa, Doris Paredes, quien fue testigo de cómo caminaba grandes distancias y veía cómo los zapatos negros del padre Pozzo se empolvaban al recorrer zonas alejadas de Arequipa.
“Todos los días el padre Pozzo despertaba muy temprano para iniciar su día orando y repetía ‘No te fíes de tus fuerzas, fíate de Dios’. Guardaba con mucho orden las llaves que abrían capillas, cuartos, baños y otros espacios. Una de las más importantes era la capilla donde iba a orar solo o acompañado de adultos, jóvenes o menores”, narró.
Al inicio los colegios fueron construidos con bloquetas, una de las que ayudó con las construcciones fue Lelia Palomino. Desde sus cortos 20 años ayudó al padre Pozzo a edificar el colegio de Santa Rosa de Lima.
AYUDÓ A TODOS. Pese a no tener suficiente presupuesto, el padre Pozzo no se quedó de brazos cruzados y buscó el sustento económico de su obra, ahí nacieron las campañas de reciclaje que hasta ahora perduran en las 33 instituciones educativas de Circa. Estas ayudan a sostener los ocho Sumac Wasi que albergan a cerca de 300 niños sin hogar y los dos Cetpro: Señor de los Milagros y Juan Pablo Segundo.
El legado del padre Pozzo se resume en amor y servicio al prójimo. A sus 90 años seguía con su labor social, pero el 25 de mayo del 2008 falleció. Para inmortalizar su imagen, su cuerpo es conservado en la capilla principal de la av. Kennedy, donde recibe y acoge al prójimo.
Hoy, 29 de junio, Circa cumple 64 años de fundación, fecha en la que recuerdan como el padre Pozzo empezó con un sillar y luego edificó decenas de colegios, albergues y una gran familia que está orgullosa de heredar sus enseñanzas.