Escribe: Noelia Zelada Yauri
Guillermo Miller era un militar británico con destacada trayectoria, jugó un papel crucial en las luchas por la independencia de América del Sur, especialmente en las batallas de Ayacucho y Junín. Nacido en Kent, Inglaterra, en 1795, Miller llegó al continente sudamericano atraído por la causa independentista.
PRIMEROS AÑOS. Miller inició su carrera militar en el ejército británico, donde se formó en técnicas y tácticas de combate. En 1817, inspirado por la lucha por la independencia de las colonias españolas, se trasladó a Buenos Aires y se unió a las fuerzas revolucionarias. Según escribió él mismo en su libro “Memorias del general Miller al servicio de la república del Perú”, el sentido de justicia y la convicción de que la independencia era una causa noble, lo motivaron a unirse al ejército patriota en 1821, junto a José de San Martín.
Se le encomendó la organización y entrenamiento de la artillería peruana, un rol en el que destacó notablemente. Según el profesor de historia hispanoamericana de la Universidad de Lóndres, John Lynch, en su obra crítica “Simón Bolívar”, Miller fue fundamental en la creación de una fuerza de artillería eficiente que jugó un papel decisivo en las campañas subsiguientes.
JUNÍN Y AYACUCHO. La batalla de Junín (6 de agosto de 1824) fue predominantemente una acción de caballería, Miller contribuyó significativamente a la estrategia general del ejército patriota comandado por Bolívar. Su conocimiento del terreno y sus tácticas ayudaron a asegurar una victoria crucial que elevó la moral de las fuerzas independentistas, así lo indica en su análisis, Charles K. Webster en “Gran Bretaña y la independencia de América Latina”.
En Ayacucho (9 de diciembre de 1824) la batalla que selló la independencia del Perú, Miller fue comandante de artillería y su actuación fue determinante en el éxito de esta crucial batalla, señala David P. Werlich en “Perú: una breve historia”.
LEGADO. Tras la guerra, Guillermo Miller continuó en el Perú, contribuyendo al ejército peruano y ocupando diversos cargos públicos. Su legado se recuerda como el de un valiente y dedicado militar extranjero que adoptó la causa independentista como propia, demostrando que la lucha por la libertad no conoce fronteras. Miller falleció en 1861 en Callao, dejando tras de sí una trayectoria de heroísmo y compromiso con la independencia sudamericana. Su vida y acciones son un testimonio del espíritu de solidaridad y lucha que caracterizó a los héroes de la independencia latinoamericana.