Un tribunal de Lahore condenó a 100 años de prisión a Zain Ali, un adolescente paquistaní que asesinó a su madre, su hermano y sus dos hermanas cuando tenía apenas 14 años. El juez Riaz Ahmed dictó cuatro cadenas perpetuas de 25 años cada una, excluyendo la pena de muerte por la corta edad del acusado.
Las víctimas fueron Nahid Mubarak, de 45 años; Taimur, de 20; Mahnoor, de 15; y Jannat, de diez. El joven usó el arma de fuego registrada de su madre tras una discusión por su obsesión con el videojuego PUBG, según la investigación policial.
“El acusado mató a toda su familia bajo el influjo de un juego en línea que superó los lazos de sangre”, expresó el juez Ahmed durante la lectura de la sentencia. La escena fue descrita por los agentes como impactante por la ausencia de resistencia y la magnitud del acto.
Muhammad Ali Khan, psicólogo en Islamabad, explicó que el adolescente “probablemente requería una evaluación psiquiátrica detallada para descartar diagnósticos como episodios psicóticos, dificultades con el control de la ira, depresión o trastorno de control de impulsos”. Sin embargo, la corte no certificó oficialmente una condición médica.
El caso reavivó la preocupación social en Pakistán sobre la influencia de los videojuegos en menores. Aunque la compañía desarrolladora de PUBG no hizo comentarios, organizaciones civiles exigen mayores controles parentales y estatales. La tragedia de Ali quedó como un recordatorio de los riesgos del aislamiento y la falta de acompañamiento familiar.