La relación entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo norcoreano, Kim Jong-un, dio un nuevo paso que mantiene en alerta a los países de occidente. La visita del mandatario de Rusia concluyó con la firma de un acuerdo de “asistencia mutua en caso de agresión contra una de las partes”.
Así culminó la visita de Putin a territorio norcoreano luego de 24 años. Al respecto, el mandatario ruso, en declaraciones para medios estatales, manifestó que el acuerdo es “de naturaleza defensiva y pacífica”.
En cuanto a la relación que sostienen ambas naciones, Putin destacó que “nuestros países defienden consecuentemente el establecimiento de un orden mundial más justo, democrático y multipolar. Rusia y Corea del norte desarrollan una política exterior autónoma e independiente y no aceptan el lenguaje del chantaje y el dictado”.
RESPALDO. Por su parte, Kim Jong-un solo tuvo palabras de elogio para Putin a quien calificó el “amigo más querido del pueblo coreano” y al país ruso como el “amigo y aliado más honesto”.
De igual manera, resaltó que este acuerdo permite brindar apoyo en caso de cualquier amenaza para ambos países. “No habrá diferencias en la interpretación, ni vacilaciones o indecisión en el cumplimiento del deber de responder en un esfuerzo conjunto a diversos incidentes o guerras que ya enfrentan nuestros países, o que enfrentarán en el futuro”, refirió.
La firma del convenio se concretó tras una reinión privada de dos horas entre ambos mandatarios y una posterior ceremonia pública de 90 minutos en la residencia de huéspedes de Kumsusan en Pyongyang, capital norcoreana, a donde Putin arribó el último martes, luego de 24 años.