Cinco personas, entre ellas un piloto, tres mujeres y un niño, fueron rescatadas de un pantano infestado de caimanes casi dos días después de que su avión se estrellara en la selva amazónica en Bolivia.
El Ministerio de Defensa de Bolivia informó mediante un comunicado que ninguno de los integrantes del grupo resultó gravemente herido, y lograron sobrevivir con chocolate y harina de yuca durante la odisea.
El avión había despegado del municipio de Baures, en el norte de Bolivia, y tenía como destino la ciudad de Trinidad. Una hora después del despegue, el piloto reportó problemas técnicos antes de perder todo contacto, según el Ministerio.
El piloto, identificado por los medios locales como Pablo Andrés Velarde, de 27 años, pudo realizar un aterrizaje de emergencia pero la avioneta quedó cerca de un nido de caimanes, contó a la cadena local Unitel.
Una sobreviviente, Mirtha Fuentes, declaró a los medios locales su incredulidad emocional después de sobrevivir al accidente aéreo. “Todos lloramos de felicidad porque estábamos vivos, con moretones, pero vivos y (fuimos) muy afortunados, gracias a Dios y al rápido pensamiento e inteligencia del piloto”, dijo a Unitel.
El ministerio de Defensa de Bolivia y la defensa civil activaron una operación de búsqueda y rescate, pero las primeras 48 horas se vieron obstaculizadas por “condiciones climáticas adversas”, indicó el ministerio. Varios vuelos pasaron por encima de los sobrevivientes pero no lograron localizarlos, informaron los medios locales.
El grupo sobrevivió con la comida racionada recuperada por el piloto del avión sumergido, le dijo a Unitel, antes de ser descubiertos por pescadores en la madrugada del viernes. Los cinco sobrevivientes fueron trasladados en helicóptero a la ciudad de Trinidad en un helicóptero de rescate de la Fuerza Aérea de Bolivia, dijo el ministerio de defensa.