Garantizar, con su leche materna, la supervivencia de su hijo recién nacido fue la motivación que permitió a Necla Camuz sobrevivir entre los escombros durante diez días hasta la llegada de los equipos de rescate. Esto tras los violentos terremotos que sacudieron Turquía y Siria el 6 de enero.
Ella acababa de convertirse una vez más en madre y sin saber lo que vendría bautizó a su hijo con el nombre de Yagiz, que en su idioma significa “valiente”.
Sin presagiar la tragedia, Necla alimentaba a su hijo cuando el movimiento sísmico comenzó y la sepultó en su casa en la provincia de Hatay, en el sur de Turquía; en lo que sería una moderna construcción aparentemente segura. Un moderno armario literalmente le salvó la vida y permitió contener el peso de los escombros en tanto llegaban las brigadas de rescate.
“A medida que el terremoto se hacía más grande, la pared se cayó, la habitación se zarandeaba y el edificio iba cambiando de posición. Cuando paró, no me di cuenta de que había caído un piso hacia abajo. Grité los nombres de mi hijo y mi esposo, pero no hubo respuesta”, declaró la sobreviviente a la BBC. Su cónyuge y el menor también quedaron sepultados y fueron rescatados. Actualmente se recuperan en un hospital local.
RESCATE. Este miércoles, cuando ya las fuerzas se agotaban, escuchó los ladridos de los perros rescatistas y voces si preguntaban por algún sobreviviente. Gritó con todas sus fuerzas y fue rescatada del lugar. No tenía lesiones de gravedad y fue dada de alta. Ahora se recupera en un albergue a la espera del resto de su familia y planeando cómo salir adelante.
Al igual que Necla Camuz, más de 80 mil personas han sido rescatadas bajo los escombros.