Un total de 66 personas fueron detenidos durante un operativo policial y militar para levantar los bloqueos de carreteras que desde hace 19 días fue realizado por los seguidores del expresidente de Bolivia, Evo Morales.
El ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, detalló que los detenidos fueron sorprendidos “cometiendo una serie de delitos en flagrancia” contra la vida de efectivos policiales y militares.
Del Castillo precisó que 55 de los detenidos fueron trasladados de inmediato a La Paz, ya que “conforme a la normativa legal vigente, los delitos de terrorismo deben ser investigados aquí, en la sede de Gobierno”.
Los acusados enfrentan cargos por terrorismo, alzamiento armado, tráfico de armas, tenencia ilícita, instigación pública a delinquir, atentados contra la seguridad del transporte y servicios públicos, asociación delictuosa y secuestro.
Este hecho se tornó violento ya que los protestantes el viernes 1 de noviembre bloquearon la vía en Parotani, a 40 kilómetros de la ciudad de Cochabamba y mostraron bastante resistencia lanzando dinamita y piedras.
Las fuerzas de seguridad respondieron con gases lacrimógenos, logrando finalmente dispersar a los manifestantes. Simultáneamente, un contingente policial que partió desde Oruro levantó otro bloqueo en la localidad de Sayari, restaurando parcialmente el tránsito hacia el occidente del país.
El operativo para desbloquear la carretera principal entre Cochabamba y el occidente movilizó a más de tres mil policías, con apoyo de las Fuerzas Armadas. Durante los enfrentamientos, 21 agentes resultaron heridos, según Del Castillo, quien lamentó esta situación.
En respuesta al avance del operativo, Evo Morales pidió a sus seguidores considerar una pausa en las protestas para evitar “hechos de sangre” y se declaró en huelga de hambre desde el Trópico de Cochabamba, su bastión político.