La directora ejecutiva de ONU SIDA, Winnie Byanyima, alertó que la respuesta mundial frente al VIH atraviesa su “revés más significativo en décadas”, tras los recortes de ayuda internacional —especialmente de Estados Unidos— que han sacudido profundamente los sistemas de atención en países de ingresos bajos y medios. Clínicas cerradas, trabajadores sanitarios despedidos o con salarios reducidos y servicios de prueba, prevención y tratamiento interrumpidos forman parte del impacto descrito en el nuevo informe presentado por la agencia, a pocos días del Día Mundial del VIH.
Byanyima detalló que en 2024 se dispuso de 18.700 millones de dólares para la respuesta global, un 17% menos de lo necesario. La OCDE prevé además que la ayuda sanitaria internacional caerá entre un 30% y 40% en 2025 respecto al 2023, lo que amenaza con generar un colapso inmediato y grave en los servicios de salud para millones de personas. Para ONUSIDA, esta crisis golpea especialmente a quienes más dependen de la cooperación exterior.
Los datos recientes reflejan el retroceso: en Uganda, la cobertura de PrEP cayó un 31% entre diciembre de 2024 y septiembre de 2025; en Vietnam disminuyó un 21% entre diciembre de 2024 y junio de 2025; y en Burundi se desplomó un 64% entre diciembre de 2024 y agosto de 2025. En Nigeria, la distribución de preservativos se redujo un 55% entre finales del año pasado y marzo de este año, evidenciando el impacto directo en la prevención.
Asimismo, Byanyima subrayó que los recortes han golpeado con fuerza a las organizaciones comunitarias que sostienen la lucha diaria contra el VIH, obligando a muchas a suspender programas esenciales. “La crisis de financiación ha puesto de manifiesto la fragilidad de los avances que tanto nos ha costado conseguir”, advirtió, llamando a la acción internacional para evitar un retroceso que podría costar miles de vidas.