El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, insistió el sábado en la necesidad de una paz “negociada” entre Rusia y Ucrania, al iniciar una visita a Portugal, que expresó su discrepancia con una iniciativa que puede “beneficiar al infractor”.
Lula, que busca devolver a Brasil al primer plano de la diplomacia mundial, volvió a defender esa postura, en un juego de equilibrista que ya le valió críticas por parte de Estados Unidos e incomprensiones en Europa.
“Al mismo tiempo que mi gobierno condena la violación de la integridad territorial de Ucrania, defiende una solución política negociada del conflicto”, declaró el ícono de la izquierda latinoamericana en Lisboa, tras reunirse con su homólogo portugués, Marcelo Rebelo de Sousa.
“Necesitamos urgentemente que un grupo de países se siente a negociar tanto con Ucrania como con Rusia para buscar la paz”, subrayó Lula.
“La posición de Portugal es diferente”, puntualizó rápidamente el mandatario de este país, miembro de la Unión Europea (UE) y de la OTAN y uno de los primeros en suministrar carros de combate a Kiev.
“El presidente Lula considera que el camino hacia una paz justa y duradera supone priorizar la vía de la negociación”, dijo Rebelo de Sousa.
Pero “la posición portuguesa es diferente: sostiene que un eventual camino hacia la paz supone el previo derecho de Ucrania a reaccionar a la invasión, recuperando lo que pueda o quiera recuperar (...) de su integridad territorial”, afirmó.
Y eso se debe a “una cuestión de principio, que es el de no beneficiar al infractor”, remarcó.
En su primer viaje a Europa desde su regreso al poder en enero, Lula, que había ejercido la presidencia entre 2003 y 2010, optó por realizar una visita de cuatro días a la antigua potencia colonial de la que Brasil se independizó en 1822. La segunda y última etapa de esta minigira será España, a partir del martes.