Apelando a materiales reciclados, hilos de nylon, botellas de plástico y estructuras de alambre, la artista Mila Rispa (Lima, 1971) ha tejido una narrativa personal en torno a la pandemia con un conjunto de trabajos que dan cuerpo a la muestra ‘Re-vivir’.
Bajo la curaduría de Daniel Casas en el Museo de Arte de San Marcos, las piezas de la artista se organizan en tres grupos relacionados entre sí y constituyen un testimonio de lo que fue la pandemia de la covid-19.
La exposición de Mila Rispa traslada al visitante por tres momentos que, evidentemente, cada uno vivió a su manera. El primero es Estructuras, cuerpos aprisionados que recuerdan el encierro de la primera etapa pandémica, la de la incertidumbre, el temor y el miedo a la libertad.
El segundo es Cruces, con motivos religiosos como objetos de fe o para significar la pérdida de ella. Y el tercero es Vulvas, imágenes que universalmente se relacionan con el nacimiento y la fertilidad, en este caso, al renacer simbólico de la pospandemia.
Con una técnica lograda en el tejido, “Rispa –de manera única– invita a la reflexión y a la toma de conciencia sobre este trágico período de la historia humana y cómo el arte también tuvo que adaptarse para sobrevivir”, refiere el texto de presentación.