Fiorella Consiglieri, directora de la Asociación de Diseñadores de Interiores del Perú (DIP), recuerda las historias de su bisabuelo caminando por el centro histórico de Lima mientras hoy observa, desde Quinta La Riva, cómo ese mismo legado inspira un proceso de recuperación patrimonial. El inmueble, situado en jirón Ica, fue intervenido por la asociación como parte de su objetivo de rescatar edificios históricos clausurados o deteriorados en la ciudad.
Los trabajos en Quinta La Riva comenzaron en 2023 tras un convenio con la Beneficencia, entidad que identifica inmuebles cerrados con potencial cultural. El equipo realizó restauraciones sanitarias, eléctricas y de fachada, en un proceso orientado a devolver la vida a un espacio que por años permaneció inaccesible. La DIP ya había ejecutado un proyecto similar en la Casa Vilela, hoy sede del Patronato de Lima.
Según Consiglieri, el motor del trabajo es la convicción personal y colectiva de recuperar la ciudad como parte de la identidad cultural. El grupo de arquitectos y diseñadores financia cada intervención mediante aportes de marcas y empresas, lo que permite que los inmuebles restaurados se destinen al uso público. En este caso, Quinta La Riva será entregada este mes convertida en el Centro Cultural Chabuca Granda, con talleres de música, cafetería, bar y espacios abiertos a la comunidad.
La historia del edificio también guió parte del proceso creativo. Construida en 1919 por Rafael Marquina como hospicio para mujeres en situación de vulnerabilidad tras la Guerra del Pacífico, la quinta inspiró un homenaje a figuras femeninas notables del Perú. Cada casita llevó el nombre de una mujer influyente, entre ellas Antonia Moreno, elegida por Consiglieri por su valentía y rol durante la guerra.
Para la arquitecta, restaurar estas casonas es también una forma de reivindicar el valor del diseño peruano y fortalecer su identidad. Su vínculo con el Centro Histórico comenzó desde la universidad, cuando investigaba estas mismas calles que hoy vuelve a intervenir. “Pasear por cada calle es respirar lo que ha pasado aquí”, afirma, convencida de que recuperar estos espacios ayudará a que Lima vuelva a mirar su centro como un lugar atractivo y lleno de historia.