Escribe: Sarko Medina
Reconocido abogado, escritor y coach peruano, Pavel Frank Rozas Pino nos habla sobre su trayectoria literaria que incluye novelas como “Turbulenta paz” y “Sueños de luz en la oscuridad”, y cómo su experiencia profesional nutre su narrativa en todos los ámbitos.
¿Cómo influye tu experiencia como coach en la construcción psicológica de los personajes de tus novelas? El coaching es una disciplina (proceso) que de un tiempo a esta parte se ha desvirtuado, desde Timothy Gallwey y John Witmore, mucha agua ha corrido bajo el puente. La primigenia concepción que este proceso de acompañamiento es que coadyuva a que una persona o grupo alcancen sus metas específicas, mejoren su desempeño y desarrollen habilidades nuevas, siempre respetando como pilar fundamental el autoconocimiento y la autonomía del individuo. Lamentablemente el mercantilismo ha creado una confusión donde todos pueden ser coach simplemente llevando un curso. Y es un craso error, pues se requiere de habilidades innatas y un desarrollo intelectual importante que debe estar acompañada de experiencia que solo los años otorgan. En la construcción de los personajes de las novelas que he escrito, siempre he intentado dotarles de naturalidad, pues se equivocan constantemente, toman malas decisiones, tienen sueños que se esfuman, pero también son resilientes, buscan un sentido a la existencia, quieren saborear las mieles del éxito con los pies en la tierra, con la sensatez del sentido común que es lo menos común que hay.
Entre tus cuatro novelas publicadas, ¿cuál consideras que refleja mejor tu visión sobre el propósito de vida? Sin lugar a dudas “Sueños de luz en la oscuridad”, aunque pudiera parecer irónico. El personaje principal es Josef, un niño tierno abrumado por las circunstancias se convierte en un joven y adulto despreciable. En el desarrollo de la novela con sutileza por momentos se reflexiona de manera omnipresente ese afán que tenemos los seres humanos por el reconocimiento, y muchos harían lo que fuera posible para conseguirlo. Cual relato de antaño venderían su alma al diablo para alcanzar ese sueño sombrío que se parece al éxito.
¿De qué manera tu formación jurídica ha moldeado los conflictos éticos o morales que exploras en tu narrativa? Creo que el ser humano en sí es un error, como la existencia misma, desde una apreciación filosófica. Las ciencias jurídicas nos ofrecen un marco donde entregamos el libre albedrío para hacer posible la coexistencia. Muchas veces creemos que la lucha esta afuera cuando siempre es interna, claro está que ser una buena persona o tratar de serla siempre es mejor. He intentado desarrollar historias donde los personajes remarquen estadios de la vida que uno sufre, donde uno tiene que tomar decisiones, donde los conflictos se agudizan en hacer lo bueno y lo no tan bueno, en sucumbir a las garras del deseo desmedido y en amar en un mundo de desamor.
Como director literario de Editorial Prístino, ¿cómo fue la experiencia en el tiempo que ha funcionado? Tengo un sinsabor (confieso), pues el tema administrativo y las vallas burocráticas son insufribles; por otro lado, es una gran oportunidad para poder observar nuevas temáticas, formas de escritura, concepción de la guía del relato y las tramas que les interesa a los noveles escritores; como diría el gran escritor medieval en la desazón se puede crear una oportunidad.