Para promover y visibilizar el aporte de nuestra comunidad afrodescendiente en Europa, España rendirá homenaje a Nicomedes Santa Cruz con motivo de celebrar el Mes de la Cultura Afroperuana.
El Consulado General del Perú en Madrid, junto a la Casa de América de esa ciudad (consorcio público que tiene como objetivo estrechar los lazos entre España y Latinoamérica) y la asociación cultural Afro América Cuenta y Canta congregarán a un gran público peruano y español el lunes 19 de junio en el recital 'Soy Nicomedes Santa Cruz - Su Majestad el Cajón'.
Este instrumento del folclore afroperuano que Santa Cruz puso en valor y cuya versatilidad y sonido distintivo lo convierten en una herramienta musical única y poderosa por lo que consideran una gran figura en la historia.
Asimismo, a partir del 22 de junio se podrá visitar en Casa de América la exposición “Nicomedes Santa Cruz. Contra amarguras y penas”, una compilación del itinerario vital e intelectual del músico y poeta.
Su condición de herrero proveniente de una familia afroperuana histórica le permitió observar la realidad nacional y artística desde un punto de vista que no se había desarrollado aún en la historia oficial: el de la población negra.
No hay duda de que Nicomedes Santa Cruz fue el más importante intelectual afroperuano de todo el siglo XX. Desde que el compositor Porfirio Vásquez le mostró el potencial de la cultura peruana se enganchó con esta. Incluso, desde su condición de herrero, diseñó el enrejado de la tumba de otro grande de la cultura nacional, Felipe Pinglo Alva.
Así como Santa Cruz comenzó su vocación por el ‘Perú negro’ desde joven con su ingreso en 1958 al grupo Ritmo Negro del Perú y la publicación de su primer libro de décimas, también inició desde temprano su predilección por el cigarrillo de tabaco.
Entre las décadas de 1960 y 1970, cuando publicó libros clave para entender la cultura afroperuana como Cumanana y Cantos a mi Perú, también comenzaron las complicaciones a su salud por su tabaquismo.
A los 63 años, el 20 de julio 1968, se le internó a Nicomedes Santa Cruz en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid por un cáncer al pulmón izquierdo. Fue operado satisfactoriamente y volvió a la actividad que más lo apasionaba en ese entonces, la conducción radial. Sin embargo, con el tiempo tuvo dificultad para respirar, que se complicó con su alergia al polen en primavera.
A fines de 1991, tres años después de su operación, el cáncer regresó. Sus médicos le comunicaron que su caso era terminal. Le dieron de alta por Navidad y aprovechó el tiempo para cerrar todos sus proyectos pendientes y despedirse en vida de amigos y familiares. El 5 de enero de 1992 reingresó al hospital y falleció un mes después.