“Todo lo que puedo ofrecer es que si el Huáscar no regresa triunfante, tampoco yo regresaré”, es la frase que simbolizaba aquel aguerrido patriotismo que poseía Miguel Grau Seminario. El gran almirante se inmoló en el legendario combate de Angamos que se conmemora cada 8 de octubre.
Cuando la guerra contra Chile inició, Miguel Grau era diputado por Paita (Piura). Si bien, no era su obligación defender a su país en estas circunstancias, se convirtió en uno de los hombres más representativos de aquella época.
Pese a la superioridad numérica del ejército chileno, Miguel Grau Seminario mostró una destreza militar envidiable cuando comandaba el monitor Huáscar; el cual siempre iba acompañado de la corbeta Unión. Así hubo victoria peruana en combates previos; los cuales fueron bautizados como “Las correrías del Huáscar” por la prensa chilena. La grandeza militar de Miguel Grau produjo el cambio del vicealmirante chileno Juan Williams Rebolledo.
La figura del gran almirante también inspiraba a miles de peruanos a seguir su ejemplo patriótico, a pesar de la desunión política originada por el recelo que había entre los militares y civiles.
“A pesar de la división política, el fervor patriótico nos unió. La sociedad de la época pensaba que iba a ganar la guerra. Estábamos con una avidez de triunfo, pero las cosas no fueron como pensábamos”, explicó el historiador José Ballón Cusirramos al respecto.
EL CABALLERO. Una de las virtudes que diferenciaba a Miguel Grau de sus demás colegas militares fue su caballerosidad y generosidad. Prueba de ello, en el combate de Iquique (21 de mayo de 1879), cuando el Huáscar superó a la armada chilena, no dispuso el asesinato de sus contrincantes (que era lo normal en aquella época).
El gran almirante socorrió a los soldados chilenos. Pero, no pudo salvar al marino chileno Arturo Prat; recuperando únicamente sus pertenencias y devolviéndolas a su viuda, Carmela Carvajal. A partir de aquel reconocido acontecimiento, Miguel Grau fue apodado como el “Caballero de los mares”.
DECESO. Cuando se dio el combate de Angamos, el monitor Huáscar se enfrentó contra seis unidades chilenas; simbolizando el temor chileno ante la recorrida experiencia militar de Miguel Grau Seminario.
El enfrentamiento inició promediando las 9:30 horas y los barcos empezaban a dispararse con cañones. Los proyectiles ingresaron al casco blindado del Huáscar; dañando gravemente al barco.
Cuando una granada entró a las 9:50 horas, su explosión causó la muerte instantánea de múltiples militares peruanos; entre los que se encontraba Miguel Grau.
Cuando la dura pérdida se conoció, las campanas de las iglesias retumbaron por el fallecimiento del almirante. Ese sonido aún se escucha. Son las campanas llorando por un héroe.