La revista Time rompió nuevamente con la tradición al designar como “Persona del Año 2025” no a un individuo, sino a “los arquitectos de la inteligencia artificial”, reconociendo el inmenso impacto que esta tecnología ejerce sobre gobiernos, economías y la vida cotidiana. Entre los homenajeados figuran Jensen Huang (Nvidia), Mark Zuckerberg (Meta), Elon Musk (X), la científica Fei-Fei Li y Sam Altman (OpenAI), además de líderes de compañías como AMD, Anthropic y Google DeepMind.
La decisión refleja el momento histórico que vive la IA, impulsado por el uso masivo de herramientas como ChatGPT, utilizado semanalmente por 800 millones de personas. Time describió el fenómeno como una aceleración sin precedentes: “Este año, el debate sobre el uso responsable de la IA dio paso a una carrera para implementarla lo más rápido posible”. Según la publicación, la humanidad avanza “sin frenos” hacia un futuro automatizado e incierto.
Expertos consultados señalan que este reconocimiento evidencia la centralidad de la IA en la transformación social global. La asesora en ciberseguridad Alina Timofeeva afirmó que la tecnología es ahora una “fuerza determinante en nuestras economías, instituciones y vidas diarias”. Sin embargo, advirtió que serán las decisiones de millones de usuarios —y no solo las de sus creadores— las que definirán si la IA promueve inclusión o profundiza desigualdades.
Para analistas como Thomas Husson, 2025 marca un “punto de inflexión” similar o incluso más acelerado que el de la llegada de internet. La IA se ha integrado a tal nivel en hardware, software y servicios que muchas personas la usan sin saberlo. Desde planificar viajes con chatbots hasta evitar la tecnología por temor a su impacto energético, la polarización acerca de su uso sigue creciendo.
Si bien Time celebra a quienes construyen esta revolución tecnológica, voces como la de Nik Kairinos recuerdan que la influencia no implica preparación. “La IA aún puede ser una salvación o una amenaza para la humanidad”, advirtió, señalando la enorme responsabilidad que recae sobre quienes la diseñan. La distinción de Time, como en ocasiones anteriores, reconoce no solo el poder del presente, sino el impacto irreversible de una tecnología que ya está moldeando el futuro.
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