Lleva años gestándose en secreto, levantando las sospechas de vecinos y autoridades, incubando especulaciones, dando rienda suelta a teorías de la conspiración.
Pero no ha sido hasta esta semana que ha salido a la luz la verdadera intención de una gigantesca y millonaria operación de compra de terrenos que comenzó en 2018 en una zona agrícola del norte de California.
Allí, a medio camino entre la capital estatal Sacramento y San Francisco, en un paisaje salpicado de turbinas eólicas y postes de alta tensión, donde el ganado campa hoy a sus anchas, un poderoso grupo de empresarios de Silicon Valley quiere levantar una ciudad de cero.
El grupo de inversión ha elegido el condado de Solano, entre San Francisco y la capital californiana Sacramento, para desarrollar su proyecto.
Y no cualquier urbe, sino una idílica: con calles sin tráfico en las que los adultos puedan salir a correr y los niños a pasear en bicicleta, con abundantes zonas verdes y restaurantes con terrazas, rodeada de pastos, praderas, bosques y lagos en los que remar, pescar y admirar las espectaculares puestas de sol californianas.
Pero también con viviendas accesibles, suficiente empleo para sus habitantes y de forma respetuosa con el medio ambiente.
“En lugar de ver a nuestros hijos marcharse, tenemos la oportunidad de construir una nueva comunidad que atraiga a nuevos empleadores, que genere puestos de trabajo locales bien remunerados, con vecindarios en los que se pueda caminar, que lidere la gestión ambiental y amplíe la base tributaria para servir al condado en general”, anuncia la página web del proyecto, California Forever.
¿Quiénes están detrás? ¿Y por qué tanto secreto?
Según el sitio web oficial, que se lanzó la semana pasada, se trata de una iniciativa de Jan Sramek.
Gracias a su pasado como operador del megagrupo de banca de inversión y de valores Goldman Sachs, Sramek logró cortejar a algunos de los pesos pesados de la industria tecnológica y financiera de Estados Unidos.
Así, hoy entre los inversores del proyecto se encuentran:
De izquierda a derecha, Michael Moritz, Reid Hoffman y Laurene Powell Jobs.
- Michael Moritz, socio de la firma Sequoia Capital, que invirtió en su día en Apple, Google, YouTube, Instagram, LinkedIn, Paypal, WhatsApp o Zoom, y administra activos por un valor de US$85.000 millones.
- Reid Hoffman, cofundador de LinkedIn, quien estuvo en la junta directiva que creó Paypal y se dice concertó la primera cita entre Mark Zuckerberg y Peter Thiel, con quien luego participaría en la primera fase de financiación de Facebook.
- Laurene Powell Jobs, empresaria, filántropa, viuda de Steve Jobs y administradora del fideicomiso que lleva su nombre, la mujer más rica en el sector tecnológico, según Forbes.
De izquierda a derecha, John Doerr, los hermanos Patrick y John Collison, y Marc Andreessen.
- John Doerr, presidente de Kleiner Perkins, la empresa de capital riesgo que cuenta con inversiones en Amazon, Google o Twitter, un empresario al que Forbes le estima un patrimonio neto de US$9.800 millones.
- Los hermanos Patrick y John Collison, fundadores de la multinacional de servicios financieros Stripe y cuya fortuna supera los US$1.000.
- Marc Andreessen, al que Forbes le calcula un patrimonio neto de más de US$1.700 millones y encabeza Andreessen Horowitz, un fondo de inversión con US$35.000 millones.
- Nat Friedman, el programador que creó Ximian, empresa proveedora de software libre para Linux, hoy es CEO de Github y también activista por el derecho a una vivienda digna.
Pero de estos nombres no se supo hasta que el medio estadounidense The New York Times destapó el asunto el pasado 25 de agosto.
Hasta entonces, lo único que se conocía era que una misteriosa empresa llamada Flannery Associates -subsidiaria de California Forever- había ido adquiriendo en el último lustro unas 20.000 hectáreas de tierra agrícola entre Fairfield y Río Vista, dos localidades del condado de Solano.
Se trata de la mitad de los terrenos de la zona.
“Llegaban con ofertas que cuadruplicaban, quintuplicaban lo precios del mercado, ofertas que no se podían rechazar”, le dijo a The New York Times la alcaldesa de Fairfield, Catherine Moy.
Flannery Associates compró durante cinco años 20.000 hectáreas de terrenos agrícolas en el condado de Solano.
¿Era Disney comprando terrenos para un nuevo parque temático? ¿Se estaba proyectando la construcción de un puerto de aguas profundas? ¿Representaba Flannery intereses extranjeros, en particular chinos? ¿O tendría la iniciativa que ver con la cercanía de la base Travis de la Fuerza Aérea, apodada la “puerta al Pacífico” y que registra más tráfico de carga y pasajeros que cualquier otra terminal militar de EE.UU.?
Esas y otras preguntas circularon durante años entre terratenientes, vecinos, políticos locales y autoridades federales.
“El FBI, el Departamento del Tesoro, todo el mundo ha estado tratando de averiguar quién era esta gente (detrás de Flannery Associates). Todo ese secretismo ha causado muchos problemas, (la pérdida de) un montón de tiempo y muchos gastos”, subrayó en un comunicado publicado el 30 de agosto el legislador demócrata Mike Thompson, quien representa gran parte de la zona en la Cámara de Representantes.
El grupo detrás de California Forever admite que la gigantesca operación de US$800 millones generó, “naturalmente, interés, preocupación y especulación”.
“Pero sabíamos que para construir una comunidad completa y sostenible necesitábamos reunir muchas propiedades. Y la única manera de evitar una avalancha de especulación de tierras en el corto plazo era no compartir nuestros planes específicos hasta que acabáramos de adquirirlas”, se justifica en su página web.
Al parecer no lo eludieron del todo, ya que hace unos meses los abogados de Flannery presentaron una demanda ante un tribunal de distrito, acusando a algunos propietarios de tierras de connivencia para inflar los precios.
Ahora, dice el grupo, está dispuesto a continuar adelante con un plan “bien reflexionado y consensuado”.
Fuente: BBC News Mundo