Como Mario Moya Galanton (24) fue identificado el extranjero, cuyos restos fueron hallados calcinados en la carretera a Chapi, a la altura del distrito de Yarabamba.
Para identificar que el cuerpo pertenecía a la víctima de nacionalidad venezolana, los detectives de homicidios efectuaron las pruebas dactiloscópicas (estudio de las crestas papilares o huellas dactilares de las manos). La información fue enviada hacia Venezuela donde reconocieron que pertenecen a Mario. Sus familiares arribarán a la ciudad de Arequipa para retirarlo de la morgue y darle el último adiós.
El extranjero llegó al Perú hace tres años y trabajaba como limpiaparabrisas. El joven posaba alegre con sus seres queridos en fotografías en sus redes sociales sin imaginar que acabarían cruelmente con su vida.
Los detectives de Homicidios de la División de Investigación Criminal (Divincri), tras aviso de pobladores, encontraron los restos quemados del extranjero el 21 de octubre. Sus verdugos le dispararon en la cabeza para luego incinerar el 80 % del cuerpo.
La escena macabra sorprendió a los investigadores de la Policía que hallaron el cuerpo en estado de putrefacción, boca arriba, con la extremidad derecha flexionada y una plantilla de zapatilla adherida al pie izquierdo.
El extranjero habría sido víctimado por un ajuste de cuentas, hipótesis manejada por el personal policial.