El premier Gustavo Adrianzén responsabilizó a la falta de supervisión municipal por la tragedia en el Real Plaza de Trujillo, que dejó seis muertos y más de 80 heridos. Afirmó que una fiscalización más exhaustiva podría haber prevenido el desastre.
"Se pudo evitar. Creo que, si hubiésemos tenido una supervisión, una fiscalización municipal más exhaustiva, probablemente se hubiesen podido haber adoptado disposiciones que tendrían que ver incluso con el cierre hasta que estos hallazgos puedan haberse levantado. Hay que aprender de esta durísima lesión", declaró.
Agregó: "La supervisión de este tipo de establecimientos corresponde exclusivamente a los municipios locales, entonces ese es el primer nivel al que tenemos que exigirle qué cosa fue lo que hizo o qué es lo que ha dejado de hacer, lo determinaremos en las investigaciones. Pero cada nivel de gobierno tiene sus obligaciones".