Ante las protestas en el Perú, la presidenta Dina Boluarte Zegarra dio —ayer— una conferencia de prensa desde Palacio de Gobierno a la prensa extranjera. Pidió a los manifestantes una tregua nacional para instalar una mesa de diálogo.
También pidió perdón a los afectados por el operativo que organizó la Policía en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima, donde detuvieron a más de 191 personas entre estudiantes y huelguistas.
Sin embargo, para el politólogo Carlos Timaná las declaraciones de la mandataria dieron un mensaje de división en el país.
Por ejemplo, al dirigirse a la región Puno, lugar donde hubo 21 fallecidos por las protestas, la mandataria dijo: “Tengo que proteger a los 33 millones de peruanos,(...) Puno no es el Perú”.
“La presidenta debería enfatizarse más en buscar la paz. Debería buscar la reconciliación. El eje que debe trabajar es en el llamado a la calma en lugar de ir por otro lado”, acotó Timaná.
Otra frase que causó crítica fue afirmar que la Policía no causó ninguna muerte, pues los fallecidos tienen balas de un arma que no usan los efectivos.
“La mayoría de ellos (fallecieron) por impacto de un arma artesanal denominada dum dum, la Policía no usa esas armas letales”, dijo la jefa de Estado.
Sin embargo, para el analista, este tipo de declaraciones son resultado de que la presidenta tendría frustración acumulada desde que tomó el mando porque parte de la población la rechaza como jefa de Estado.
“Es una consecuencia reactiva que no debería darse, pero surge. La personalidad no le ayuda a hacer lo que debería hacer”, señala.
El politólogo Carlos Timaná finalizó al explicar que los peruanos necesitan con urgencia estabilidad política y social.