Este 28 de noviembre, el joven barbero Anthony Yumbato Panduro de apenas 18 años, fue asesinado a sangre fría por oponerse al robo de su celular. Él llegó de Loreto a Lima por un futuro mejor, ganar dinero y pagar sus estudios, pero esto se vio truncado por la criminalidad. Así como Anthony, otros cinco más son asesinados al día en el país.
Precisamente, uno de los más cuestionados por su gestión es el ministro del Interior, Juan José Santiváñez, quien se siente satisfecho por los resultados, pese a que la criminalidad avanza.
El alto funcionario prometió hace más de un mes que renunciaría en 30 días si no obtenía resultados su medida del estado de emergencia y sus otras acciones contra una inseguridad ciudadana. Ya pasó el plazo y Santiváñez se aferra al cargo asegurando que sí está dando resultados, sacando pecho por la reducción de robos en los distritos de Lima.
Sin embargo, según datos del Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef), hasta del 1 al 28 de noviembre, 170 personas fueron asesinadas. Cifra más alta que octubre, cuando 167 murieron por homicidio.
Pese a ello, Santiváñez se siente satisfecho por sus pobres cifras en la reducción de robos y extorsiones. Además dispuso ampliar el estado de emergencia en el Callao y distritos de Lima.
En anterior entrevista, cuando fue criticado por el aumento de los homicidios, el ministro se defendió asegurando que tiene resultados en los otros delitos.
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