Por la pandemia de la covid-19 se implentó el trabajo remoto en instituciones. El Congreso no fue la excepción. Sin embargo, ya superado el virus, los parlamentarios prefieren seguir ‘trabajando’ virtualmente. Hecho que no agrada a sus electores quienes califican de ‘burla’ que con el sueldo ostentoso y beneficios que perciben los legisladores no asistan a las sesiones.
El caso más escandaloso pasó el 19 de junio cuando en la Sub Comisión de Acusaciones Constitucionales, se debatía las denuncias contra la ex fiscal de la nación Zoraida Ávalos, solo asistieron dos congresistas; la titular, Lady Camones y la parlamentaria Susel Paredes.
Dicho grupo está constituido por 20 ‘padres de la patria’. Fue similar en la Comisión de Ética, donde la presidenta de dicho grupo, Karol Paredes, asiste virtualmente y la única que se hizo presente fue su colega María Agüero del total de 17. Lo mismo sucede en otras comisiones como Descentralización donde varias veces solo se vio a la legisladora Diana Gonzales presente.
Recordemos que las comisiones son el primer filtro de un proyecto de ley. Es fundamental que los congresistas estén presenten para que debatan y concluir si la iniciativa es viable o no. Sin embargo no pasa ello.
En marzo la Mesa Directiva dispuso que el trabajo presencial era obligatorio.
Los malos antecedentes predominan, ya que se descubrió como legisladores aprovechaban la virtualidad para viajar, como en el caso de Hernando Guerra. Asimismo, Digna Calle vota de manera remota desde Estados Unidos durante cuatro meses.