Dina Boluarte se encuentra bajo escrutinio público tras revelaciones sobre una ausencia de 12 días debido a cirugías estéticas. La congresista Ruth Luque (Cambio Democrático-Juntos por el Perú) solicitó oficialmente al secretario general de la Presidencia, Enrique Vilchez, documentos que aclaren los detalles de este período, incluyendo la agenda presidencial, el descanso médico de Boluarte y los ajustes a sus haberes durante ese lapso.
Luque basó su petición en el marco legal constitucional y reglamentario (el artículo 96 de la Constitución Política y el artículo 87 del Reglamento del Congreso) , argumentando que este caso refleja una incapacidad moral continua por parte de Boluarte. Además, expresó su preocupación por la falta de transparencia en torno a quién estuvo a cargo de la Presidencia durante la ausencia de Boluarte.
“Espero que me respondan porque este hecho suma a la permanente incapacidad moral de la señora. Lamento que los grupos mayoritarios que la andan defendiendo hoy no digan absolutamente nada… Lamento que ante los ojos del país la señora se atreva a hacer cirugías plásticas y nadie diga nada. Ha habido una cantidad de días donde se ha sometido a un conjunto de cirugías...”, dijo indignada la congresista en su última rueda de prensa.
Según fuentes gubernamentales, Boluarte se sometió a procedimientos para corregir varios aspectos estéticos, aunque la ministra de Cultura, Leslie Urtega, negó rotundamente esta información, afirmando que Boluarte estuvo activa y presente en la mayoría de los Consejos de Ministros.
Recordemos que “Hildebrandt en sus trece”, también señala que Boluarte continúa recibiendo tratamientos menos invasivos para combatir signos de envejecimiento, aunque el Ejecutivo no ha hecho comentarios al respecto.
Esta controversia se suma a otras preocupaciones, como la reciente inspección de la Contraloría al Ministerio de Economía por transferencias presupuestales sospechosas al gobierno regional de Ayacucho, lo que sugiere un clima de tensión y escrutinio en el entorno político.
Mientras tanto, el vocero de la Presidencia, Fredy Hinojosa, evitó pronunciarse sobre el asunto, argumentando el derecho a la intimidad personal de la presidenta.
Este incidente pone de relieve la importancia de la transparencia y la rendición de cuentas en el ejercicio del poder, y plantea interrogantes sobre la gestión y la imagen pública de Boluarte en medio de un clima político cada vez más exigente.