El Poder Judicial condenó al exasesor presidencial Vladimiro Montesinos a 23 años de cárcel por el delito de homicidio calificado con la agravante de alevosía por el asesinato del Mariella Barreto.
La Cuarta Sala Penal Liquidadora Transitoria de la Corte Superior Nacional impuso esta condena a Montesinos como autor mediato y a Martín Rivas, como autor, por el descuartizamiento de la exsuboficial de inteligencia.
En el caso de Carlos Sánchez Noriega, otro de los implicados en el crimen, le impone 15 años de prisión, mientras que a José Salinas a ocho años de cárcel, como cómplice secundario.
Ambos también participaron del secuestro, asesinato y descuartizamiento de Barreto en 1997.
El crimen de Mariella Barretos
El Gobierno de Alberto Fujimori estuvo lleno de espantosos hechos de violencia. Sin embargo, uno de los crímenes más macabros fue registrado el 23 de marzo de 1997. Un transeúnte que pasaba por el kilómetro 25 de la carretera de Canta halló una bolsa plástica en medio de la vía pública. Su curiosidad generó que el sujeto indague en su interior. Al abrirla, descubrió una imagen escalofriante: era un torso humano sin brazos, cabeza ni manos.
Los oficiales afirmaron que los responsables de esta muerte pretendían que el cuerpo no sea identificado, pero en los restos del organismo se hayaba un lunar que ayudó a reconocer de quién se trataba: el cuerpo le pertenecía a Mariela Lucy Barreto Riofano.
Iris Chumpitaz avisó a sus padres de este hallazgo. La mujer también pertenecía al grupo Colina. Fue el padre de la joven quien se encargó de identificar los restos de Barreto. La joven tenía apenas 28 años de edad y se desarrollaba como suboficial del Ejército peruano y pertenecía al Servicio de Inteligencia del Ejército de Perú (SIE).
Una venganza
Mariela Barreto mantenía una relación sentimental con Santiago Martín Rivas. Él era uno de los cabecillas del Grupo Colina y era cercano al dictador Alberto Fujimori. Al compartir una vida con él, comenzó a enterarse de información confidencial que manejaban los integrantes del escuadrón de la muerte. Por ejemplo, la lista de opositores del Gobierno de Fujimori que planeaban asesinar, entre ellos, el periodista César Hildebrandt.
La exsuboficial mantenía una relación tormentosa con Rivas. Sufría de maltratos, humillaciones y violencia, por lo que decidieron dejar de lado su vínculo de pareja. Sin embargo, esto no la alejó de los crímenes que la agrupación liderada por Vladimiro Montesinos planeaba perpetrar. Por ello, decidió filtrar información relevante a la prensa. Dentro de los datos que proporcionó la exitegrante del SIN estaba la ubicación de los asesinados en La Cantuta.
Luego de esta arriesgada decisión, Mariela comenzó a ser investigada desde 1996 por la Inspectoría del Ejército por brindar información calificada a la prensa. No obstante, los ‘castigos’ a las personas que brinden información a la prensa debían ser eliminadas, según el ‘Plan Tigre’, una norma creada para argumentar la investigación contra la mujer que ordenaba hacer caso a los mandatos de Montesinos.
Finalmente, se interceptó a Mariela Barreto en 1997. La víctima tuvo que pasar por interrogatorios que iniciaron en el Pentagonito, pero terminaron en los sótanos del SIE. Durante más de dos meses la joven tuvo que padecer crueles actos de tortura, pese a que estaba embarazada. La joven fue ejecutada poco después de dar a luz.