Luego de recorrer las regiones del Sur, escuchar a los familiares de los fallecidos en las protestas en contra del Gobierno y dialogar con las principales autoridades, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) informó ayer, que en el contexto de crisis hay estigmatizaciones contra los manifestantes, además de figuras políticas que incuban la violencia y simplifican los problemas.
En la presentación de su informe preliminar de la CIDH, sobre las protestas sociales, uno de sus principales hallazgos es que hay una debilidad institucional, además que las autoridades no canalizan correctamente el diálogo.
En esa línea, desde el inicio de las protestas el Gobierno instó a la paz y sobretodo al diálogo, sin embargo en un momento el premier Alberto Otárola afirmó que autoridades se negaron a reunirse con representantes del Estado.
Ante esto, la CIDH fue clara y señaló que no buscan la manera correcta de hablar con los afectados, que es desde un enfoque intercultural.
Además las autoridades políticas no están respondiendo adecuadamente al momento de calificar de “terrucos” “comunistas” “vándalos” a los manifestantes.
“Esos mensajes contribuyen a la creación de un ambiente de permisibilidad, a la tolerancia de discriminación, estigmatización, especialmente cuando proviene de autoridades que genera una ofensa generalizada a personas indígenas y campesinas”, señalaron en su informe.
DESCONTROL. La CIDH también señaló que los efectivos del orden hicieron uso desmedido de la fuerza, según los testimonios de los pobladores, entre ellos personas que no participaron en huelga. Además que las necropsias revelaron que hay fallecidos por proyectiles de arma de fuego, pero aún investigan a los autores de los disparos.
El informe final se presentará dentro de 30 días y la CIDH continuará recabando testimonios para tener conclusiones objetivas.