El canciller Hugo de Zela anunció que viajará a Washington el 3 de diciembre para presentar ante la Organización de los Estados Americanos (OEA) la posición del Estado peruano respecto al caso de Betssy Chávez, al considerar que la Convención de Caracas de 1954 está siendo aplicada de manera equivocada. Chávez, condenada a casi 12 años de prisión por conspiración para la rebelión, permanece como solicitante de asilo en la Embajada de México en Lima, pese al fallo de la Corte Suprema.
Desde Palacio de Gobierno, De Zela remarcó que la sentencia judicial no modifica la situación jurídica de la excongresista dentro de la sede diplomática. Insistió en que el Perú enfrenta una controversia jurídica abierta sobre el asilo y que se requiere una interpretación uniforme del tratado por parte del sistema interamericano. Según explicó, la aplicación actual de la Convención de Caracas no se ajusta a lo establecido en el instrumento internacional.
El canciller recordó que el Gobierno ya había iniciado consultas con los Estados miembros de la OEA para obtener una orientación común respecto al alcance del asilo diplomático, especialmente en casos que involucran condenas por intentos de quiebre del orden constitucional. Mientras tanto, Chávez mantiene su condición de solicitante de asilo y continúa protegida en la Embajada de México, aun cuando pesa sobre ella una orden de ubicación y captura.
De Zela confirmó que este miércoles expondrá la postura peruana en la sede de la OEA, donde solicitará revisar los criterios utilizados en la aplicación de la Convención de Asilo. El objetivo, señaló, es que los Estados miembros analicen el uso actual del tratado y definan parámetros que permitan resolver controversias futuras como la que involucra al Perú y a Chávez Chino.
El Gobierno considera que esta revisión permitirá aclarar las obligaciones de los Estados frente a solicitudes de asilo diplomático y garantizar un uso compatible con los principios democráticos y el respeto al Estado de derecho. Mientras tanto, el caso de Betssy Chávez continúa en un punto crítico de tensión diplomática, a la espera de lo que decida el sistema interamericano.
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