Lima. Este 6 de abril es un día decisivo para el expresidente Alejandro Toledo Manrique, pues deberá entregarse a la justicia norteamericana, luego que se le revocara su libertad bajo fianza. Es un paso importante en el proceso de extradicción que lo lleve de vuelta al Perú para responder por los 35 millones de dólares que recibió como coima de la empresa Odebrecht durante su gobierno.
En caso de que Toledo no se entregue, las autoridades norteamericanas irán a su encuentro y lo detendrán con toda rigurosidad. Luego el expresidente tendría que dar el visto bueno para que se inicie el procedimiento de extradicción.
Es el inicio formal de las coordinaciones de las partes involucradas en este tema. En concreto, el Ministerio Público, la Cancillería, el Ministerio del Interior y la Interpol.
De allí el exmandatario sería trasladado al Perú. Según el ministro de Justicia, José Tello, el proceso de extradicción se dará en “cuestión de días”. Sin embargo, el 22 de febrero, el fiscal superior Alfredo Rebaza, jefe de la Oficina de Extradiciones de la Fiscalía de la Nación, señaló que la llegada del exlíder de Perú Posible tomaría al menos dos meses.
ÚLTIMO RECURSO. La defensa legal presentó un último recurso para frenar el proceso de extradicción. Se trata de la “reconsideración de la banc”, la cual es una sesión en la que todos los jueces de una corte evalúan un caso excepcional y complejo.
Si esto ocurre, entonces un banctribunal de 11 jueces volverá a ver el caso de Toledo Manrique. Aunque, claro está, también podría desarrollarse una audiencia en banc con la participación de los 29 magistrados del Noveno Circuito. Pero si no, el destino de Toledo está cantado.