A nivel nacional, se estima que más del 10 % de los adolescentes, mujeres y hombres padecen trastornos de la conducta alimentaria como anorexia y bulimia, así lo reveló la psicóloga y coordinadora de Gaba (Grupo de Autoayuda en Bulimia y Anorexia), Diana Pacheco Ponce.
"Aunque su aparición puede ser por factores genéticos, sin embargo, el 60 % de los casos está asociado a factores socioculturales debido a que nuestra sociedad impone como el físico ideal la delgadez del cuerpo", precisó Pacheco Ponce.
Esta imposición genera que los adolescentes quieran tener este físico y adopten comportamientos o actitudes que las lleve a conseguir este propósito porque si no lo logran se critican, se desvalorizan y deprimen.
Debido a estos problemas de salud suelen tener una imagen distorsionada de su cuerpo y en consecuencia a pesar de haber perdido peso considerable se ven gordos, y para conseguir la delgadez ideal adoptan conductas patológicas como el uso de ropa holgada, dejan de comer o comer poco, cuentan las calorías de la comida, desmenuzan la comida y rechazan la comida.
Como consecuencia de ello quienes padecen anorexia presentan signos de alarma como: palidez, mareos, debilidad, pérdida de peso en periodos cortos, sensibilidad al frío, ira, sentimiento de culpa por comer, aislamiento social, en el caso de mujeres a esto se suma la falta de menstruación.
En el caso de la bulimia presentan impulsos que los lleva a tener atracones de comida, es decir, a comer de forma excesiva para luego ir a los servicios higiénicos y provocarse vómitos para eliminar las calorías, consumir diuréticos o laxantes, ayunar o realizar ejercicios en exceso. Además, evitan ir a restaurantes o reuniones con amigos y familiares para no tener que comer.
Ante la gravedad de estos problemas de salud, la especialista de Gaba recomienda a los padres de familia tener presente las conductas mencionadas y los signos de alarma porque estos problemas llevan a una desnutrición severa y pueden ser causa de mortalidad si no se tiene tratamiento médico, apoyo familiar y terapia psicológica para que puedan vencer el miedo que tienen, corregir su conducta alimentaria y permitirse soñar con el futuro.