El martes 11 de febrero falleció un arequipeño que amó al prójimo y su vida la dedicó a ser solidario. Se trata de Mario Espinoza Romero, nació en el tradicional barrio de San Lázaro (el más antiguo de la Ciudad Blanca), el 5 de julio de 1927.
Su ímpetu por el bienestar común lo llevó a gestionar con esfuerzo embellecer a su barrio. Pero, lo más resultante es que durante los terremotos de 1958 y 1960 ayudó a las familias que perdieron sus viviendas para la reubicación, en lo que hoy es la urbanización Independencia y parte del distrito de Alto Selva Alegre.
“Mi padre fue el patriarca del barrio más antiguo de Arequipa. Siempre muy católico. Le gustaba ayudar. Fue promotor de las chocolatadas de diciembre para los niños y creador de las reconocidas tunas por las fiestas de Arequipa que tienen más de 40 años”, resalta su hijo Javier Espinoza Escudero.
Su familia está afligida al contar que don Mario falleció a casi 98 años, soñaba con el centenario.
“Quería llegar a los 100. Eso nos decía con su característico humor. Nos sentimos orgullosos de él, porque su solidaridad y amor por su ciudad le permitió ser premiado con el diploma de la ciudad y medalla de oro por la Municipalidad Provincial de Arequipa”, explicó.
También presidió el comité cívico Francisco Mostajo durante 50 años, logró la remodelación de la parroquia de San Lázaro, para ello donó la puerta principal de madera caoba.
En su afán de ayudar a los más necesitados fue apodado “El Gato”, porque daba apoyo a los vulnerables a escondidas.
Don Mario logró la construcción del colegio Ecológico al costado de las instalaciones de la municipalidad provincial. En su juventud talló en madera la Virgen de las Angustias, venerada en la iglesia de San Francisco, junto a maestros italianos.
Este miércoles fue velado en el conocido velatorio Los Arces de Cayma y su sepultura fue en los Jardines de Arequipa II etapa, en la vía de Evitamiento.
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