Escribe: María Coaguila Torres
Tenía 20 años cuando una noticia le cambió la vida para siempre, iba a ser padre, tuvo que dejar todos sus hobbies, como ir al gimnasio y a las discotecas, se dedicó a trabajar y nunca abandonó sus estudios porque planificó que solo con una carrera podía darle calidad de vida a su familia. Hoy, con 34 años, Iván Quispe Mamani recuerda que la noticia lo aterrorizó. Sin embargo, jamás pensó en eludir la responsabilidad de ser papá y nos cuenta las vicisitudes de su faceta de padre.
¿Cuántos años tenía cuando tuvo a su primer hijo? Tenía 20 años cuando me enteré que iba a ser papá. Sentí miedo porque no había terminado mi carrera de mecánica automotriz y no tenía trabajo. Pero, a pesar de eso, también me sentí feliz por la noticia. Puse todo mi empeño en madurar, dejé de salir a fiestas y de ir al gimnasio, que era lo que me gustaba hacer, tuve que madurar por mis hijos.
¿Cuál fue su primer trabajo? Antes que naciera mi hijo, trabajé en una empresa de construcción y, al mismo tiempo, seguía estudiando para terminar la carrera. Mi pareja me ayudaba con las tareas porque no alcanzaba a realizarlas. Mi suegro que trabaja como albañil, me dijo: “Vas a trabajar medio tiempo y el otro medio tiempo terminarás de estudiar”.
¿Cómo albañil tuviste algún problema? Cuando viajé a El Pedregal por trabajo, me caí de un tercer piso porque uno de mis compañeros estaba jalando una rondana y yo le estaba ayudando, pero el peso del balde me empujó. Afortunadamente, unas bolsas de cemento amortiguaron la caída. Mis compañeros me llevaron a la clínica donde me pusieron una inyección para el dolor. Afortunadamente, no tuve ninguna herida interna, pero se me inflamó el brazo.
¿En ese momento, qué pasó por tu mente? En esa fecha, mi pareja estaba embarazada de mi segunda hija y después de ir a la clínica sentí miedo porque pude haber muerto. Me preguntaba qué sería de mi pareja y de mis hijos. Le pedí a mis compañeros y al maestro de construcción que no se comunicaran con mi pareja para no preocuparla, ella estaba en el noveno mes de gestación y podría ser peligroso.
¿En qué otro trabajo estuviste? Como el trabajo de albañil era riesgoso, decidí intentar ser taxista. Pero mi hermano me recomendó que mejor me postulara a una empresa minera como operador de maquinarias. Tuve que realizar cursos porque no sabía cómo trabajar allí ni qué maquinarias usaban y recién empecé a ejercer mi carrera. Trabajo dos semanas y descanso la tercera. En esos días manejo mi taxi para juntar más dinero por las deudas.
¿Cuándo subió por primera vez a la mina, qué sintió? Me afectó bastante, era la primera vez que me iba tan lejos de ellos y me perdí cumpleaños y fechas importantes de mis hijos y de mi pareja. Aún me afecta, pero es algo que tengo que hacer para darles algo mejor a mis hijos. Hace tres años compré un lote y, cada vez que venía de la mina, lo construía con ayuda de mi familia y de mi suegro, con el propósito de que mi familia tenga mas comodidades.
¿Su padre estuvo en esos momentos? Lamentablemente, en 2020 mi padre falleció por covid-19. Me dolió bastante porque no pudo estar cuando construí mi casa y como era el hermano mayor tuve que apoyar a mi mamá y hermanos dándoles consejos.
¿Cuáles son los momentos más memorables de su faceta de padre? Cuando nacieron mis hijos. Sobre todo mi hija, siempre quise una niña y cuando me enteré que sería mujer lloré de felicidad. También me gusta ver las expresiones de mis hijos cuando les cocino algo. No seré un experto, pero me esfuerzo en darles algo diferente. Sus caritas de emoción al probar y su “gracias papá” me hace sentir que tenerlos fue lo mejor decisión de mi vida.